22 organizaciones crean “Nos plantamos” para exigir a la UE un “cambio radical” de la política alimentaria

Un total de 22 organizaciones del Estado español a favor de la agroecología y la lucha contra el cambio climático se han agrupado en torno a la plataforma "Nos plantamos" para exigir a los ministros y ministras de Agricultura de la Unión Europea un "cambio radical de las políticas públicas".

Estas organizaciones, entre las que se encuentran COAG, Cerai, Greenpeace, Mundubat o La federación de Consumidores y Usuarios, apuestan por un "modelo agroalimentario justo y sostenible y un mundo rural vivo", reivindicando la "soberanía alimentaria y campesina". Asimismo, exigen un "modelo de producción de alimentos basado en la sostenibilidad social, económica y medioambiental, que se guíen en los principios de la agroecología".

Esta plataforma, que cuenta además con el apoyo de otras 29 organizaciones, han elaborado un llamamiento en el que solicitan a los responsables de Agricultura de la UE:

1.

Un cambio radical de las políticas públicas para apoyar un modelo de producción de alimentos basado en la sostenibilidad social, económica y medioambiental, que se guíen en los principios de la agroecología. Necesitamos producciones agroalimentarias que pongan en el centro el cuidado y la calidad de vida de las personas productoras y consumidoras, el medio ambiente, el clima, el bienestar animal y la sociedad en su conjunto.

2.

Queremos más agricultores y agricultoras en Europa, apostando por modelos familiares y sostenibles, con políticas que faciliten el relevo generacional y la incorporación de la juventud en la agricultura, que mantienen vivos nuestros pueblos y conservan nuestros ecosistemas, frente al modelo de ganadería y agricultura industrial, al que se le debe poner fin.

3.

Que se fomente desde las instituciones por la alimentación sana, sostenible y agroecológica a través de la compra pública.

4.

Que se ponga en el centro de las políticas la defensa de la biodiversidad y del territorio rural, y se priorice a las personas que viven en él, frente a la expansión de la ganadería y la agricultura industriales, la minería, los proyectos fósiles, las malas prácticas en la implantación de las energías renovables y la creación de otros macroproyectos que atentan contra la integridad y la soberanía del territorio.

5.

Que se desarrollen políticas que favorezcan entornos sociales, de producción y consumo inclusivos con perspectiva feminista y respeto de los derechos laborales de las personas trabajadoras agrícolas.

6.

Que se apueste por ofrecer servicios públicos y de calidad en el medio rural.

7.

Y, en definitiva, que se fomenten los entornos alimentarios saludables que mantienen con vida nuestros pueblos y ecosistemas y que se fortalezcan los procesos de deliberación desde una ciudadanía informada y responsable para afrontar los retos que aquí planteamos.

Asimismo, los integrantes de "Nos plantamos" muestran su hartazgo a través de los siguientes puntos:

    • Hartas de que el modelo alimentario actual basado en la agroindustria no respete los derechos laborales y sociales, ni los límites planetarios.
    • Hartas de que las personas productoras y consumidoras de alimentos estén supeditadas a las políticas comerciales y agroalimentarias que las convierten en meros instrumentos de los intereses de la industria y la distribución alimentaria, situándolas en los eslabones más débiles de la cadena, sin garantizar precios justos a quienes trabajan la tierra y consumimos esos alimentos.
    • Hartas de que no se garantice el derecho a la alimentación a toda la población, especialmente a los colectivos vulnerabilizados, mientras se desperdicia una ingente cantidad de alimentos.
    • Hartas de que se sequen acuíferos y y que se trate de destrozar cualquier territorio con proyectos de alto impacto negativo, o que nos inunden de pesticidas por primar un modelo agroindustrial global, que se aprovecha de mano de obra mal pagada y que contamina el suelo, el agua y enferma a las personas que trabajan la tierra, que viven en el medio rural y a quienes consumen sus alimentos.
    • Hartas de las políticas neoliberales de la UE, consecuencia de los Tratados de Libre Comercio, que destruyen la soberanía alimentaria y con ella la agricultura campesina en cada rincón del planeta, desregulando los mercados, especulando con la producción de alimentos, impulsando la agricultura industrial globalizada y destruyendo el planeta para beneficio de las élites económicas y las multinacionales de la alimentación.