Andalucía, mujer, tierra y lucha

Fuente original: Diagonal. Artículo escrito por Ana Martínez Serrano, Portavoz nacional del Área de Juventud del Sindicato Andaluz de Trabajadores/as. Es estudiante de Derecho en la Universidad de Jaén y forma parte de la candidatura municipalista Jaén en Común. La ilustración es de Abel Fernández.

“No hay un feminismo, sino muchos. El feminismo eficaz tiene que luchar contra la homofobia, la explotación de clase, raza y género, el capitalismo y el imperialismo”.
Angela Davis

Pensar el feminismo desde el sur.

Hablando desde la lógica de los movimientos sociales y del activismo, el feminismo y la necesidad del mismo para una mínima transformación social es una cuestión indiscutible, aceptado por todas y todos, al menos de cara a la galería.
A pesar de ser fuerzas vivas y muy activas, hay una clara incapacidad del movimiento de hacerlo visible en la opinión pública general. Los logros alcanzados por el feminismo en la igualdad formal y las acciones positivas han supuesto grandes avances, pero también han significado la invisibilización de las entrañas del patriarcado y de las violencias invisibles que crea. En la sociedad ha calado la idea de que con la igualdad formal se ha conseguido una igualdad real.

El feminismo estudia y conceptualiza la realidad, poniendo al descubierto la situación de desventaja social y de negación de derechos en la que nos encontramos las mujeres. Sin embargo, su labor no acaba aquí, no solo analiza la realidad sino que propone su transformación.

Para analizar la situación de la mujer en cada territorio es esencial tener en cuenta distintos factores sociológicos: la realidad cultural del lugar, la realidad geográfica y política, la cuestión nacional, la clase social o el impacto de las religiones. Esto hace que no haya un análisis único del feminismo, ni siquiera lo podemos generalizar en el Estado español.

La realidad socio-política y económica de Andalucía: subdesarrollo, dependencia económica, que se traduce en una realidad de desempleo, emigración estructural y en el intento de expolio de nuestra identidad cultural y de nuestra memoria histórica marcan la realidad de las andaluzas, donde a parte de estas opresiones sufrimos la de ser mujeres.

Si analizamos el movimiento feminista en nuestra tierra vemos un auge focalizado en las zonas urbanas, encontramos asambleas o coordinadoras feministas no mixtas en todas las capitales de provincia. También, se observa un aumento de la actividad y el estudio feminista por parte de las organizaciones sociales, políticas y sindicales. A pesar de estos avances, seguimos sin ser capaces de llegar a los barrios obreros y los barrios más marginados, donde más necesario es. Tampoco llegamos al medio rural, tan importante en nuestro territorio, pues según los datos oficiales de la Junta de Andalucía el 54,92 % de la población vive en municipios rurales, donde el 49,82% de la población rural son mujeres, es decir, 2.244.394 andaluzas.


 

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