Libro: “Las Cosechas Del Futuro – Cómo La Agroecologia Puede Alimentar Al Mundo”, de Marie-Monique Robin
“No existe una solución totalmente alternativa a los pesticidas. ¿Cómo alimentamos a la gente? Si nos ponemos a producir sin ningún tipo de pesticidas, tendríamos una baja del 40% en los productos, y un incremento del 50% en los costos”, dice J. R. Buisson, ex Secretario del Grupo Danone. Y me propuse buscar la fuente que, por supuesto, el representante de la industria agroalimentaria se había cuidado de brindar. Fue en parte para verificar la validez de los porcentajes presentados por Buisson, que emprendí la investigación que dio origen a este libro.
La inolvidable expresión de Margaret Thatcher, “There is no alternative” se ha convertido, desde hace unos treinta años, en una “temible arma retórica” que las elites económicas fueron repitiendo en todos los medios de comunicación, hasta convertirlo en una verdad revelada”: “No hay alternativa al capitalismo, al mercado, a la globalización, a la desregulación financiera, a la baja de salarios, a la deslocalización industrial, al abandono de las protecciones sociales”.
“Qué se le va a hacer, hay que ser realistas, ¡no hay una alternativa a los pesticidas”.
Esa afirmación es una de las herramientas comunicacionales favoritas de Monsanto, que, ya en junio de 1998, inundaba la prensa con ese lema, “Estamos ante el inicio de un nuevo milenio, y todos soñamos con un mañana sin hambre. Para alcanzar este sueño, es necesario recibir a la ciencia que trae esperanzas. La biotecnología es la herramienta del futuro. Detener su aceptación es un lujo que el mundo con hambre no puede permitirse”. Este argumento moralizador – ¿quién se atreve a oponerse a “tecnologías”, los pesticidas o los OGM, susceptibles de resolver el flagelo del hambre?- tiene sin embargo una zona oscura que olvidan quienes lo esgrimen: el modelo agroindustrial promovido incansablemente desde hace medio siglo, no ha conseguido ni de lejos “alimentar al mundo”. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en 2010, 925 millones de personas padecían hambre, mientras que anualmente, la desnutrición mata a 7 millones de niños.
“La destrucción, de decenas de millones de hombres, mujeres y niños a causa del hambre constituye el mayor escándalo de nuestro siglo. Cada cinco segundos muere de hambre un niño menor de 10 años. En un mundo en el que, sobreabunda la riqueza. Hoy la agricultura mundial está en condiciones de alimentar a 12 mil millones de seres humanos, el doble de la población actual. No estamos entonces ante ninguna fatalidad. Un niño que muere de hambre es un niño asesinado” dice Jean Ziegler.
Preparando este libro, releí decenas de recortes, acumulados durante años, y vinculados con la evolución del planeta. Los fui clasificando por temas: “crisis climática”, “crisis de la biodiversidad”, “del agua”, “alimentaria”, “energética”, “sanitaria”, “financiera”. Se encienden luces rojas en todos los campos. Estas crisis, estrechamente vinculadas, son la expresión de un sistema económico devastador que nos llevará a la debacle si no cambiamos ya de paradigma. Según la FAO, la producción agrícola deberá aumentar en un 70% si se quiere alimentar a los 9 mil millones de habitantes que habrá en el mundo en 2050. ¿Cómo lograrlo sin agotar definitivamente los recursos del planeta?
Esa es la pregunta fundamental a la que intenta responder este libro.
Marie-Monique Robin