(Vídeo de COAG Almería)
Más de 6.000 agricultores y ganaderos del Estado han reivindicado este martes cambios en la política agraria europea ante los ministros de la Unión Europea (UE) que se reúnen en Córdoba, según han informado las organizaciones convocantes Asaja, COAG, UPA y Cooperativas Agroalimentarias.
Al finalizar la concentración, cincuenta activistas han modificado la iluminación del puente Romano con plantillas en forma de frutas y hortalizas y han proyectado una pancarta en los muros de la Mezquita, para exigir cambios hacia un modelo agroalimentario justo y sostenible.
Con esta acción simbólica, estos colectivos pretenden trasladar la necesidad de actuar con urgencia para que se dé un cambio radical en el modelo agroalimentario. En el actual contexto de crisis climática y ecológica global, el modelo agroalimentario industrializado y globalizado, basado en la explotación de la naturaleza y las personas, ha demostrado su vulnerabilidad, por ejemplo, frente a perturbaciones como la pandemia de la COVID-19, la guerra de Ucrania o las sequías prolongadas.
Por ello, las organizaciones reunidas en Córdoba han reivindicado que las políticas europeas se dirijan hacia la agroecología, la soberanía alimentaria y el feminismo como las únicas alternativas capaces de alimentar a la población de forma saludable, socialmente justa y ambientalmente respetuosa.
Asimismo, han solicitado a los ministros y ministras de la UE que pongan todos los medios a su alcance para asegurar que la transición en marcha sea justa con las personas y el planeta, asegurando el futuro del campo y sus gentes.
Los mandatarios están en Córdoba para celebrar una reunión informal bajo el título “Las nuevas tecnologías para una agricultura más sostenible y resiliente”, por lo que las personas asistentes a la concentración aprovecharon la cita para reclamar que se implementen políticas públicas que avancen hacia un modelo agroalimentario basado en la agroecología y la soberanía alimentaria y que se dejen de lado las falsas soluciones.
Así, los manifestantes portaban pancartas con mensajes como “Nos plantamos, por un modelo agroalimentario justo y sostenible”, “stop glifosato” o “agroecología para enfriar el planeta”. Además la concentración contó con una batucada y se corearon durante toda su duración frases pidiendo respeto al mundo rural.
Los colectivos han querido transmitir a los ministros la necesidad de apostar por pequeñas y medianas granjas, con manejos agroecológicos que sostienen un mundo rural vivo. La industria y la distribución deben garantizar precios justos, tanto para quienes producen como para quienes consumen, para lo cual es fundamental el apoyo a los canales cortos de comercialización y las normativas e infraestructuras públicas para la transformación agroalimentaria a pequeña y mediana escala.
Ante la actual emergencia climática y de biodiversidad, las organizaciones demandan asimismo políticas públicas en defensa del territorio frente a macroproyectos, como ciertos megaparques para la producción de energía renovable, los monocultivos a gran escala o la ganadería industrial, que afectan a las poblaciones rurales y que socavan el funcionamiento de los ecosistemas, el suelo, el agua, la biodiversidad y el conjunto de servicios ecosistémicos que generan.
A su vez, manifiestan la urgencia de acabar con la precariedad laboral del sistema agroalimentario industrializado, que afecta especialmente a personas migrantes y mujeres y supone una lacra para la dignidad rural.
Otras movilizaciones
Además de la concentración de la tarde de ayer, entre los días 31 de agosto y 3 de septiembre tuvo lugar un encuentro por la soberanía alimentaria, celebrado en Hornachuelos (Córdoba), en el que participaron más de 150 personas de organizaciones de todo el territorio español. En este se debatió sobre las problemáticas y las alternativas al modelo agroalimentario y se consensuó una hoja de ruta para continuar impulsando sus reivindicaciones conjuntas.
Entre otras actividades, se realizaron mesas de debate sobre el modelo agroindustrial y su contribución a la crisis climática, así como la confluencia de las luchas territoriales con el movimiento por la soberanía alimentaria. Las jornadas sirvieron de punto de encuentro para personas vinculadas al movimiento alimentario, el movimiento climático, organizaciones campesinas, consumidoras, científicas, población rural y el movimiento ecologista, incluyendo una representación del caso francés con las Sublevaciones de la Tierra y la Confederation Paysanne, que se unieron en defensa del territorio y un mundo rural vivo.