El salto de un proyecto de autogestión para ganarse la vida

Aner Mimenza, Borja Fernández de Pinedo, Egoitz Pérez y Deine Gurtubai tienen su explotación en la localidad arratiana de Artea. En 2010 comenzaron a producir para ellos y su entorno y poco a poco han ido creciendo. La revista Etxalde se ha reunido con Aner y Borja para que cuenten su experiencia.

«Los primeros años son muy duros. Tienes que lograr una producción estable para conseguir un sueldo digno durante todo el año y eso entraña sus dificultades»

«Vemos que la clientela que tenemos está concienciada no solo en lo que hace referencia a su salud, también son conscientes de que este tipo de proyectos son necesarios, creen en la soberanía alimentaria. Se puede decir que estamos recogiendo los frutos del trabajo desarrollado durante años por EHNEBizkaia y otras organizaciones»

Cuando se incorporaron a la agricultura en 2010 tenían en mente realizar un proyecto autogestionario. Su objetivo era producir para lluvia, para casa y para los alrededores. A medida que avanzaban, vieron que la demanda aumentaba, "vimos que también podía ser una forma de vida", explican. Viendo que la oportunidad estaba ahí, decidieron empezar a ir poco a poco, "a lo largo de los años hemos ido haciendo inversiones y viendo en qué nos gusta trabajar, qué producimos más y qué no, y con eso hemos hecho ahora un proyecto global".

Han pretendido diversificar al máximo la producción para poder tener diferentes fuentes de ingresos y tener el trabajo fuera de la estacionalidad, "al final tenemos que trabajar todo el año. En verano trabajamos mucho en la huerta y con las abejas, en invierno más con los cerdos y un poco con las abejas y huevos, pan y pasta durante todo el año».

En este momento Aner y Borja tiran el dinero al mismo saco, es decir, comparten el proyecto económico. Egoitz y Deiene, en cambio, andan por su cuenta. "Eso sí, en el futuro se trata de que los cuatro tengamos el dinero en el mismo saco", explican. Deien hace pasta ecológica, él ya tiene su red organizada y trabaja por su cuenta. Aner y Borja llevan cinco años trabajando con las abejas. Hasta ahora Borja ha estado trabajando en otro proyecto en Barrika, con su huerta y ofreciendo cestas a sus clientes, pero ahora ha dejado eso y se ha ido a Artea.

Su intención siempre ha sido seguir adelante con pequeños pasos y en ello siguen ahora. En este camino han dado este año un paso más al dar el salto de instalarse oficialmente en la agricultura. En este momento tienen una huerta de 1.000 metros cuadrados al aire libre, 300 metros al netutero y otras 30 colmenas. "Nuestra idea es llegar a los 750 metros en invernadero, tener otros 2.500 metros al aire libre y poner 100 colmenas. A esto hay que sumar la pasta y los huevos ". Mientras tanto, se está recorriendo un camino de transición hacia la producción ecológica. "Hasta ahora no hemos necesitado la etiqueta de ecológico. Organizamos visitas con la gente y auzolanes y tenemos esa relación de confianza, pero creemos que es necesario que cada vez haya más gente en el modelo ecológico. Por otro lado, queremos hacer pasta ecológica y para ello también hay que colocar las hortalizas en la ecológica, con la certificación». El alto nivel de diversificación les da un alto grado de autonomía para el hogar, "durante muchas semanas sólo compramos sal, aceite y arroz para la comida. Eso es un privilegio y coincide con el objetivo de autogestión que busca el proyecto. Este planteamiento nos ha permitido cubrir las necesidades alimenticias de otra gente y con ello poder llevar una vida digna".

Subvención

En el proceso de instalación que han emprendido este año han recibido un 60% de subvención y están satisfechos con ello, aunque destacan la necesidad de mejorar varias áreas. "El proceso de acceso a las ayudas está muy enfocado y el proyecto debe realizarse como ellos quieran, es decir, tienes que hacer con Lorea el Plan de Viabilidad para llevarlo a cabo. ¿Por qué no con otra entidad o empresa? Además, no saben elaborar un Plan de Viabilidad en torno a un proyecto agroecológico. Es decir, nosotros les hemos dado nuestra viabilidad económica en base a la venta directa, pero al final nos han hecho el Plan de Viabilidad en el modelo industrial convencional. Nos han hecho un Plan de Viabilidad en el que al final no estamos de acuerdo, pero así lo necesita. Por sí mismo es mejor producir menos y vender un producto de calidad. No conseguimos tener en cuenta el modelo de venta directa y por lo tanto las UTAs son muy altas ". Observan una actitud contraria a impulsar el modelo agroeclogio en torno a este comportamiento. También son críticos con la burocratización del proceso de solicitud de ayudas, "hay que presentar miles de papeles y hacer miles de vueltas. La ayuda está muy bien, recibes la prima de instalación y el 60% de la inversión, pero tienes que pasar un año yendo y viniendo, dando un montón de vueltas y hablando todo el día por el teléfono. La gestión es muy pesada ".

Duros años de inicio

Ahora las máquinas están moviendo la tierra para poder instalar nuevos invernaderos. Deseosos de empezar a trabajar la nueva cosecha, subrayan, sin embargo, la dificultad que suponen los primeros años: «Los tres, cuatro o cinco primeros años son muy duros. Conseguir una producción fija es difícil. Tienes que conseguir una producción estable que te permita acceder a un salario digno durante todo el año y eso al principio tiene sus dificultades. Piensa, por ejemplo, que pones 20 cerdos y haces un montón de kilos de chorizo, pero luego tienes que vender todo eso ". Destacan que este tipo de situaciones hay que evitarlas, "por ejemplo en verano puedes comprometerte a hacer 30 cestas, pero si no tienes producción en invierno no puedes mantener el compromiso". Por ello, mencionan la formación personal para poder desarrollar el proyecto, que se prolonga durante varios años, "la agricultura no es 2+2 = 4. Suele haber problemas, las cosas no salen como se esperaba, las abejas mueren... ".

Venta directa

En este momento venden toda la producción en venta directa, 30 cestas y miel. "Hemos tenido mucha suerte, porque hemos ido poco a poco y a través del proceso boca a boca hemos ido aumentando el número de cestas. En este momento la gente quiere acceder al producto, pero no llegamos a producir lo suficiente ". Por ello, esperan poder ofrecer el producto a estos clientes con demanda a medida que aumente la producción. La producción la venden en Uribe-Kosta, de donde proceden y donde comenzaron a hacer mercado, "además en Arratia vivimos poca gente y la mayoría tiene huerta o la tienen algún amigo o familiar".

Trabajo de sensibilización

De cara al mes de julio, cuando finalicen las obras y estén en marcha los nuevos invernaderos, esperan mantener reuniones con esa gente que les espera y dar un salto. "Lo que vemos es que los clientes que tenemos son gente concienciada y no sólo en su salud, son conscientes de que se necesitan proyectos de este tipo, creen en la soberanía alimentaria. Se puede decir que estamos recogiendo los frutos del trabajo que durante años han realizado EHNEBizkaia y otras asociaciones. A nuestra generación nos ha tocado eso. En la generación de nuestros padres la soberanía alimentaria y la salud no se tenían en cuenta como ahora ".

En esta labor de socialización de la soberanía alimentaria están haciendo un esfuerzo ellos mismos, por ejemplo a la hora de acudir a ferias. «Hay ferias y ferias, a veces vendes y a veces vas a hacer de militancia. Igual no lo vendes, pero tendremos que ir a muchos sitios nuevos para que vean que estamos ahí. No venderás mucho, pero creemos que hay que ir trabajando esas cosas para poder recoger los frutos el día de mañana ". Este trabajo es el que realizan, por ejemplo, en el seno de la asociación de jóvenes baserritarras Igitie de Arratia, organizando ferias en diferentes localidades de la comarca.

En el mismo sentido han planteado organizar una unidad didáctica sobre soberanía alimentaria para niños en colaboración con la escuela de Artea y ofrecer formación agraria a los más pequeños. "Estar cerca de tres horas con los niños, informarles de la agricultura, ver algún vídeo... Pensamos que ese mensaje sobre la soberanía alimentaria a través de los niños también se puede trasladar a los padres ".

[Etxalde 16. Pag. 16]