Glifosato: hacia adelante o hacia atrás
[Artículo publicado en Argia]
La Organización Mundial de la Salud dijo en 2015 que el glifosato era "probablemente" cancerígeno, pero está permitido en Europa. El año pasado, la UE amplió en un año el permiso de cinco años para el uso de este herbicida y ahora deberá decidir si amplía o no el permiso en diez años.
En la agricultura, las malas hierbas, las plagas y las enfermedades son los principales factores que destruyen las cosechas. Por eso, los campesinos empezaron a utilizar pesticidas para oponerse a ellos. Con el paso de los años, los pesticidas se han vuelto muy comunes, entre ellos el glifosato.
En concreto, los agricultores utilizan el glifosato para erradicar las malas hierbas. El herbicida es un organofosforado que se pulveriza. Su uso se ha extendido mucho en los últimos años. Entre 2011 y 2021 la venta de herbicidas, matadores de tallos y musgos aumentó un 32%, de los cuales el 38% eran herbicidas organofosforados.
El glifosato ha suscitado numerosas discusiones. Los detractores consideran que puede ser cancerígeno, mientras que los partidarios consideran que no hay que alarmarse por su uso. En algunos países del mundo, su uso está prohibido, pero la UE en la Unión Europea no. El debate, sin embargo, está abierto de par en par. Ahora que ha pasado la moratoria de cinco años para el uso del glifosato, el próximo viernes se decidirá en la UE si se autoriza o no por otros diez años. En caso de desacuerdo, una comisión de recursos tomará la decisión. Esto supondría retrasar el proceso.
El Gobierno austriaco ha anunciado que votará en contra de la renovación de la autorización para el uso del glifosato y ha pedido a otros países que hagan lo mismo. Alemania no votará a favor, pero, lo más seguro, se abstendrá. En cuanto a Francia, el presidente de la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo y miembro de Renaissance, el partido del presidente Emmanuel Macron, ha asegurado que no pueden apostar por renovar la autorización de glifosato.
Diez años de prórroga
La Agencia Internacional de Investigación del Cáncer aseguró en un informe sacado en 2015 que había datos suficientes para establecer una conexión entre el glifosato y el cáncer animal. Otros estudios indican que afecta a abejas e insectos. Otros informes apuntan a la transformación del sistema hormonal en humanos, la aparición del mal de Parkinson y la eliminación del sistema inmune.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), en cambio, no ha encontrado motivos "graves" de preocupación en un informe publicado en julio. En base a ello, la Comisión Europea ha propuesto ampliar el permiso otros diez años, ya que, en palabras de su portavoz, Stefan de Keersmaecker, "está basado en la ciencia".
Sin embargo, un funcionario de alto rango de la Comisión, sin dar su nombre, ha reconocido al diario digital Euroactiv que existen algunas lagunas en los datos y algunas discusiones "inconclusas", entre ellas las relativas a la ecotoxicología de la sustancia y sus posibles efectos sobre los mamíferos.
Estas declaraciones han sido aprovechadas por los críticos para pedir que no se renueve la autorización para el uso del glifosato. La eurodiputada ecologista alemana Jutta Paulusek ha asegurado que la vida de miles de ciudadanos europeos "peligrará" otros diez años.
El debate está generando grandes contradicciones en Europa. De hecho, según la estrategia Baserritik Mahaira el objetivo es reducir el uso de fitosanitarios y fertilizantes para 2030 a la mitad del actual. Otro objetivo de esta estrategia es aumentar la cuota de agricultura ecológica del 8% al 25%, lo que también debería reducir el uso de glifosato y otros componentes químicos.
Las investigaciones también se han llevado a cabo en EE. En un estudio realizado por el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades CDC, el 80% de todas las muestras que tomaron en niños y adultos tenían restos de glifosato. En opinión de CDC, estos datos son "preocupantes". En EEUU, el más utilizado entre los productos con glifosato es el Round Up de la firma Bayer. La empresa ha recibido miles de reclamaciones durante años para denunciar que generaba cáncer. Hasta el momento, el Bayer ha pagado 10.400 millones de euros en indemnizaciones.
En el País Vasco
En Euskal Herria también se utiliza el glifosato, pero hay dudas. Panpi Sainte Marie, portavoz de la Unión de Cultivadores del País Vasco (OCDE), explica que los grandes agricultores utilizan el glifosato "por su facilidad" y otros muchos lo hacen "ocasionalmente". Él, sin embargo, no, ya que se dedica al cultivo ecológico. Quitan con las manos y la maquinaria ligera las malas hierbas; las dejan al sol, y las raíces se queman.
Sainte Marie ha relacionado con el aprovechamiento del glifosato la muerte de la mitad de los pájaros que había en Europa en los últimos veinte años. El trabajo que hacían los pájaros — comer lombrices, entre otras cosas — no lo hace nadie y empuja a los cultivadores a usar más el glifosato. El portavoz de la OCDE ha denunciado que se ha convertido en un "círculo loco" y que la situación es "dramática".
EHNE, por su parte, no tiene claro qué se puede utilizar para eliminar las malas hierbas en lugar del glifosato. Hasta septiembre está prohibido el uso de maquinaria por incendios y explica que esto dificulta el uso de menos glifosatos. La búsqueda de alternativas se considera "adecuada" por parte de EHNE y se está trabajando en la agricultura de precisión. Ya hay máquinas que sólo tiran glifosato donde hay malas hierbas. También está en marcha un proyecto de corta de malas hierbas a través del láser, aunque este sindicato ha considerado "oportuno" prorrogar la autorización para el uso del glifosato.