Las embarcaciones vizcaínas y guipuzcoanas han finalizado la temporada de pesca: han vuelto a las cifras previas a la pandemia. En las lonjas locales se ha vendido más.
[Berrian argitaratutako artikulua]
El año ha sido bueno en general para los pescadores de bajura de Bizkaia y Gipuzkoa. El comercializado en las cofradías locales ha aumentado un 43% y el valor de las ventas un 15% respecto a los resultados de 2022. En octubre ha finalizado la temporada de pesca de este año y, según el informe provisional publicado por el Departamento de Desarrollo Económico del Gobierno Vasco, se ha vuelto a las cifras pre-pandemia: los resultados son prácticamente los mismos que los de 2019.
El aumento respecto a 2022 ha sido importante, sobre todo en la cantidad de pescado que se ha subastado en las cofradías. Por especies, ha sido así: el del bonito ha aumentado un 13%, el del verdel un 38%, y el de la sardina un 37%. Destaca la anchoa, que duplica a la del año anterior (101%).
Esto ha ocurrido por dos motivos. Por un lado, porque Bruselas aumentó un 17% la cuota de pesca de la anchoa para 2023, debido a la recuperación de la especie en el golfo de Bizkaia. Por otro, y sobre todo, porque este año han pescado anchoa más cerca de la costa vasca. Así, el 72% han sido descargados en sus puertos por embarcaciones de Bizkaia y Gipuzkoa. En 2022, la anchoa estuvo más alejada, frente a Asturias, y en los puertos vascos solo hubo descargas del 46%.
La duplicación de la pesca también ha influido en el valor total de las ventas, que ha aumentado un 171%. Este año, los arrantzales han tenido a favor que han capturado anchoa de mayor tamaño y la han vendido a mejor precio.
Preocupación por el bonito
El valor de las ventas de la sardina ha aumentado un 33%, ya que han pescado más. En cambio, el del bonito se ha rebajado un 13% y el del verdel un 2%. El del txitxarro, por su parte, se ha rebajado un 58%. Pero esto se debe a la fuerte reducción de la cuota -del 96% en 2023- y no al precio, que se ha disparado.
Y es que la anchoa y el chicharro han sido una excepción, ya que en todas las otras especies ha bajado el precio de venta, siguiendo la tendencia de los últimos años.
A los arrantzales lo que más les preocupa es el bonito. En 2023, las descargas han aumentado un 7% en los puertos de Bizkaia y Gipuzkoa, pero el valor de las ventas se ha reducido un 16% en sus lonjas. Al igual que ocurrió en 2022, durante el verano se han hecho algunas paradas y se ha ampliado la campaña hasta octubre con el objetivo de elevar el precio, lo que apenas ha surtido efecto.
Además, el beneficio podría haber sido menor si no fuera porque el bonito ha sido capturado más cerca de la costa vasca que otros años. Se ha descargado el 74% de lo pescado en los puertos vascos, sobre todo en Getaria (51%), Hondarribia (30%) y Bermeo (10%). Y se ha pagado una media de 3,31 euros el kilo. En el exterior, algo más: 3,92 euros.
Se come menos
En el informe, el Ejecutivo destaca otro dato: el menor peso del pescado en la cesta de la compra. En comparación con 2022, ha concluido que la población de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa ha gastado de media un 17% menos en pescado que en 2021 y que su consumo se ha reducido en un 22% —13,3 kilos por persona y año de media—.
Durante la pandemia, el consumo aumentó, pero desde 2013 la tendencia es que cada vez se consuma menos pescado fresco. Sin embargo, ha aumentado el consumo de conservas, mariscos y moluscos.