La Comisión Europea decide renovar la autorización del glifosato por otros 10 años

La Comisión Europea renueva la autorización del glifosato por otros 10 añosDe nada han servido las peticiones de cientos de organizaciones políticas y ecologistas; ni el reconocimiento por un organismo oficial francés del vínculo entre el glifosato y las malformaciones en una persona; ni siquiera el informe de la agencia del cáncer de la Organización Mundial de la Salud en el que concluía que era “probablemente cancerígeno” para los seres humanos. La Comisión Europea ha decidido renovar la autorización del glifosato por otros 10 años.

Los 27 Estados miembros tenían que alcanzar lo que la Unión Europea denomina mayoría cualificada, es decir, un 55% de Estados miembros que representen al 65% de la población de la Unión. Como ocurrió durante la primera votación en comisión hace un mes, no se pudo alcanzar la mayoría en ninguno de los dos sentidos en el Comité Permanente de la Cadena Alimentaria y de Sanidad Animal.

En consecuencia, la norma obliga a la Comisión a tomar una decisión, y está obligada a seguir el dictamen científico, en este caso el de la controvertida Agencia de Seguridad Alimentaria. Contrariamente a la opinión de la OMS, que consideraba el glifosato un carcinógeno potencial, la agencia europea estimó este año que el glifosato no presentaba "un área de preocupación crítica", excepto cuando se utiliza para secar un cultivo antes de la cosecha, que ahora se prohibirá.

La Comisión argaduce, por tanto, que ha tomado la decisión a la que se veía obligada, al volver a autorizar el glifosato por 10 años. Pero algunos la acusan de haber tomado una decisión real, ya que no modificó su propuesta tras el fracaso de la primera votación. Francia, Alemania e Italia, tres de los mayores países agrícolas, se abstuvieron.

Presión sobre las instituciones

Para Martin Dermine, director de la ONG ecologista Pesticide Action Network (PAN) en Europa, esta decisión revela la presión ejercida sobre las instituciones. "El glifosato es una de las piedras angulares de la agricultura intensiva, y existe una enorme presión tanto sobre los Ministerios de Agricultura de los Estados miembros como sobre la Comisión Europea", explica.

"Se ha demostrado que la mayoría de los europeos están expuestos diariamente al glifosato, tanto en las zonas agrícolas como a través de los residuos de pesticidas en los alimentos. Y otros estudios han demostrado que la exposición al glifosato a través de los alimentos genera cierta toxicidad que, a la larga, puede provocar cáncer", prosigue.

"En cuanto al medioambiente, hay cientos de estudios que demuestran la toxicidad de los herbicidas a base de glifosato, especialmente en los medios acuáticos. Así que la decisión de hoy de la Comisión es escandalosa. Está claro que su único objetivo es promover y mantener la agricultura industrial, que es tóxica para las personas y el medio ambiente", concluye Dermine.

[Información obtenida de rfi.fr]