“Las ganaderías de vacuno de carne que mejor aprovechan el pasto son las que ganan más dinero”
- 2024 - Ene - 17
Un análisis económico de 26 explotaciones gallegas revela que las granjas familiares que hacen un buen uso de su superficie agraria logran el doble de rentabilidad con respecto a ganaderías más grandes e intensivas.
"Las ganaderías familiares son más eficientes, ya que dedican el 47% de los ingresos a pagar gastos, mientras que en las grandes explotaciones la ratio de costes sobre los ingresos se eleva al 79%, por lo que tienen un menor margen".
El Grupo operativo Carne de Vacuno a Pasto acaba de presentar los resultados del primer año de estudio técnico-económico en 26 ganaderías gallegas, que revela grandes disparidades en cuanto a manejo y resultados pero del que se puede sacar una conclusión: “Las ganaderías que mejor aprovechan el pasto son las que más destacan también en términos de rentabilidad”, según explica Mar Pérez Fra, profesora de la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería de Lugo e integrante de este grupo operativo de dos años de duración, que finalizará sus trabajos en septiembre de 2024.
De este grupo operativo forman parte la USC, las entidades de asesoramiento XAN y Celtia, la cooperativa de productores de carne Almoga de Vilalba, la ganadería O Igrexario de Ortigueira y José Manuel Caridad Regueiro, que se dedica a cebar bueyes.
El objetivo de los trabajos es identificar qué modelos de manejo y alimentación del ganado son más rentables y establecer pautas a las ganaderías con las que lograr un mejor aprovechamiento del pasto a través de la mejora de las técnicas de pastoreo aplicadas.
Las ganaderías familiares, más eficientes
“Las ganaderías familiares son más eficientes, ya que dedican el 47% de los ingresos a pagar gastos, mientras que en las explotaciones de mayor tamaño, con mayor porcentaje de superficie arrendada y mayor dependencia de mano de obra contratada, la ratio de costes sobre los ingresos se eleva al 79%, por lo que tienen un menor margen”, explica Ibán Vázquez, profesor de Economía Aplicada de la USC y autor del estudio económico comparativo entre las 26 granjas analizadas.
Estos cálculos están hechos en base a los datos del 2022, después de una recogida individualizada granja a granja de distintas variables económicas (ingresos, costes, márgenes) y productivas (superficie, porcentaje de arrendamiento, número de cabezas, carga ganadera, sistema de pastoreo empleado, trabajo anual y porcentaje de trabajo asalariado).
En base a estos parámetros, se establecieron dos grupos: Grupo 1, con ganaderías de mayor tamaño, con mayor SAU y UGM y mayor porcentaje de fincas arrendadas y trabajo asalariado, y Grupo 2, ganaderías de menor tamaño y mano de obra fundamentalmente familiar.
De las 26 granjas, 11 se encuentran en la provincia de A Coruña, otras 11 en la de Lugo, 3 en Pontevedra y 1 en Ourense. Todas ellas emplean el pasto para alimentar a su ganado, aunque de distinta manera: “el que predomina es el sistema de pastoreo continuo o semicontinuo, pero mientras que en las de mayor tamaño e intensificación tienen preferencia por este sistema, las granjas más pequeñas usan más el sistema de limitación del pasto con hilo delantero y hilo trasero”, explica Ibán.
De las 26 granjas analizadas, 19 hacen pastoreo en convencional, 3 están en ecológico y 4 en el período de conversión y se observan diferencias claras de manejo de los animales en el pasto, pues mientras las explotaciones más grandes mantienen una media de 5,6 días al ganado en la misma parcela, en las ganaderías más pequeñas se reduce a tan sólo 2 días. “Un mayor número de días en la misma parcela indica una peor gestión del pastoreo”, aseguran los autores del estudio.
Retorno económico del uso de concentrado
Los dos grupos de ganaderías, tanto las de mayor tamaño como las familiares, venden a sus terneros próximos a los 10 meses de vida y el peso medio es prácticamente el mismo (223 kg/canal en el Grupo 1 y 222 kg/canal en el Grupo 2).
Pero varía la manera de lograr esos rendimientos, ya que las ganaderías más grandes comienzan el cebo un mes y medio antes (a los 5,3 meses de media) con respeto a las granjas familiares (6,8 meses de media) y emplean también una mayor cantidad de concentrado, en concreto 56 kilos más (766 kg de pienso por animal en el Grupo 1 frente a 710 en el Grupo 2).
«Se da la contradicción de que las ganaderías que empiezan a cebar antes y usan un 8% más de pienso obtienen después un menor precio de venta en los terneros»
En cuanto al precio de venta de los terneros, las ganaderías familiares logran un mayor precio (5,1€ kg/canal en el año 2022) frente a las explotaciones de mayor tamaño (4,8€ de media). “Las que empiezan antes el cebo gastan más pienso pero cobran al final 30 céntimos menos por kg/canal”, explica Ibán.
En cuanto al margen neto final resultante, es muy inferior en las ganaderías más intensivas, por lo que precisan ir a un mayor volumen para ser rentables, frente a las granjas familiares, que duplican el margen por cabeza, hectárea y trabajador: 243 €/UGM en el Grupo 1 frente a 701€ en el Grupo 2; 299€ por hectárea de SAU en el Grupo 1 frente a 847€ en el Grupo 2; 5,6€ por hora trabajada en el Grupo 1 frente a 13,2€ en el Grupo 2.
“Si mejoramos el pastoreo mejoramos la rentabilidad”
El asesor Xan Pouliquen, coordinador del grupo operativo, saca una conclusión clara de estos datos: “si mejoramos el pastoreo, mejoramos la rentabilidad de la explotación”. Por eso, dice, la posibilidad de criar vacuno de carne con pasto en Galicia representa una oportunidad económica. “No hablamos de usar solo pastoreo, sino de usar el máximo pastoreo posible”, aclara.
Pero “no se puede hacer eso con cualquier tipo de pasto o sistema de pastoreo”, indica. “Hay una diferencia importante cuando tenemos una parcela grande donde los animales están 5 o 10 días en la misma finca, algo que es una práctica habitual en Galicia, o cuando metemos el ganado en una parcela con hierba espigada, con respecto a un sistema organizado rotacional más racional. Si hacemos otro tipo de pastoreo somos capaces de sacar más rendimiento económico en las granjas”, asegura.
En este tipo de pastoreo más dirigido, “los animales no se mueven prácticamente del sitio y meten continuamente bocados de hierba de gran calidad en la boca, frente a otros animales que andan por una finca muy grande buscando qué comer o escogiendo la hierba que comen”, compara.
Ideas preconcebidas que son falsas
“Si hay tanta diferencia de beneficios entre granjas es porque no hay criterio técnico, y se sigue funcionando un poco con ideas preconcebidas, como por ejemplo que los terneros pasteros no tienen calidad, que la hierba no aporta energía o que no se pueden criar becerros solo a pasto, cuando ninguna de ellas es verdad. Lo que habrá que ver es en qué momento del año se puede hacer y de qué manera, porque hay épocas del año en los que la calidad de la hierba es superior a la calidad del pienso”, afirma Xan.
“Los datos de este primer año de análisis nos dicen que si hacemos una producción más intensiva y de más volumen perdemos dinero frente a si hacemos una producción mas extensiva en base a más pasto”, asegura.
La clave está, dice, en la reducción de gastos porque “lo importante son los costes de producción, no es si vendes por unos céntimos más o por unos céntimos menos”. “No hace falta un acabado para que un ganadero gane más dinero. Con un buen pasto y moviendo el ganado todos los días se pueden conseguir crecimientos de más de un kilo diario en los terneros sumando a un pasto de calidad la leche de la madre”, concluye.
“Las vacas tienen que parir en el momento adecuado”
Ruth Rodríguez, profesora del área de Producción Animal de la Facultad de Veterinaria de Lugo, destaca que “el pasto es uno de los recursos más baratos que tiene una ganadería, por lo que cuanto más pasto se pueda emplear, más se disminuyen los costes y más beneficios se van a tener”.
“Estamos en una de las zonas del mundo con mayor crecimiento de la vegetación. Producir en base a pasto es un sistema que yo calificaría de resiliente, porque el pasto nos va a abaratar muchísimo los costes de producción”, insistió.
«No hace falta un acabado para que un ganadero gane más dinero. Con un buen pasto y moviendo el ganado todos los días se pueden conseguir crecimientos de más de un kilo diario en los terneros sumando a un pasto de calidad la leche de la madre»
Esta veterinaria contó su experiencia en Nueva Zelanda hace 9 años para la realización de su tesis de doctorado. “Trabajaban con angus y llevaban ya 60 años agrupando partos y trabajando con el sistema de hilo delante y hilo detrás para pacer. Allí basan todo su sistema productivo, tanto en leche como en carne, en que las vacas tienen que parir en el momento adecuado para aprovechar el pasto. En realidad, los ganaderos allí son productores de hierba, no de ganado”, destaca.
“Si concentras los partos puedes aprovechar mucho mejor el pasto y reducir mucho los costes de producción. No puedes tener terneros grandes fuera en los meses de enero y febrero, cuando no tienes que darles de comer. Para mí ésa es la clave de la rentabilidad de las explotaciones”, defendió.
“Podemos producir barato; es una ventaja competitiva”
Para Santiago Creciente, investigador del CIAM, el pasto es “la única oportunidad” que tienen las explotaciones de vacuno de carne gallegas para poder ser competitivas. “No conozco ninguna explotación que tenga vacas nodrizas en Galicia que no haga un aprovechamiento del pasto, sea más o menos intensivo ese aprovechamiento. Esa es una ventaja importante que tenemos en Galicia sobre otras partes del Estado. Tenemos la oportunidad de producir barato en base a los pastos que tenemos, que en otras comunidades no tienen”, recuerda.
Pero Santiago defiende que se debe suplementar a los terneros con concentrados en la fase final de engorde. “El consumidor tiene una percepción negativa del concentrado, pero el pienso hoy no es algo malo. Los becerros lo comen bien, crecen muy bien y permite un buen crecimiento y engrase de los animales. Pero producir exclusivamente en base a concentrado no es el camino”, defiende.
En los ensayos realizados en Mabegondo lograron ganancias de hasta 2 kilos de peso vivo al día con un período de finalización de los terneros de 2 meses o 2 meses y medio. El investigador del CIAM asegura que ese cebo “puede hacerse fuera mediante un acorralamiento con sombra”, por lo que “obligar a la gente a hacer establos es un error”.
“Tenemos que llegar al consumidor con el producto que él demanda”
José Gómez Viaño, secretario ejecutivo de la IGP Ternera Gallega, admite que “todo lo que sea utilizar los recursos que tenemos en la explotación es positivo” pero hace hincapié en la necesidad de “producir el tipo de canal que el mercado demanda”.
“El producto que obtenemos tiene que ser vendible, no solo se trata de producir, sino de llegar al consumidor con un producto que él demanda. No podemos olvidar que producimos para el mercado, no producimos por producir, por eso tenemos que pensar siempre en el consumidor. Si reducimos costes pero tampoco conseguimos una calidad idónea no estaríamos haciendo lo que el mercado nos pide”, argumenta.
Gómez Viaño defiende la necesidad de desestacionalizar los partos como manera de favorecer la comercialización de la carne e incrementar los ingresos de las granjas. “En la producción de Suprema tenemos 15.000 terneros que nos salen al mes en febrero, marzo y abril frente a los 8.000 que salen en septiembre. Eso implica una presión enorme sobre el mercado a la hora de dar salida en invierno la ese número de animales. Ya sé que es imposible equilibrar completamente con una distribución uniforme de los partos a lo largo del año, pero desviando solo un 15-20% de los partos de la primavera al otoño tendríamos unos resultados económicos mucho mejores en las ganaderías”, asegura. Aunque reconoce: «es cierto que complica otras cuestiones, como la alimentación, porque implica un manejo muy diferente”.
Distintas estrategias: venta al destete antes de los 8 meses, cebo con pienso hasta los 10 meses o dar sólo hierba y alargar la edad de sacrificio hasta los 15 meses
Dentro de las casi 20.000 ganaderías de vacuno de carne existentes en Galicia conviven diferentes modelos de manejo y alimentación del ganado, así como distintas estrategias de comercialización de la producción.
Unas 7.000 están dentro de la IGP Ternera Gallega Suprema, por lo que tienen que comercializar sus animales antes de los 10 meses de edad. Todas ellas hacen, en mayor o menor medida, un aprovechamiento del pasto. Las hay que tienen un manejo del ganado totalmente extensivo y emplean el pastoreo como única fuente de alimentación para el ganado, suplementando únicamente con forrajes ensilados o hierba seca en los momentos de escasez.
Otras, por el contrario, hacen un manejo más tradicional, con los terneros en el establo y echando las vacas fuera a pastar solo por el día. En otros casos combinan los dos sistemas, con las vacas siempre fuera acompañadas de los becerros hasta los 7 u 8 meses y estabulando y cebando posteriormente a los terneros en los meses finales antes del sacrificio, algo que el Consejo Regulador quiere estandarizar.
Otras, sin embargo, prefieren mandar los terneros al matadero directamente desde el pasto, algo que seguirá siendo posible siempre que no hayan cumplido los 8 meses de edad. E incluso las hay que están fuera de la IGP y prefieren alargar la edad de sacrificio hasta más allá del año de edad para favorecer el engrasamiento natural de los animales, que después son comercializados directamente a través de carnicerías o clientes particulares.
“Abro pasto nuevo cada 12 horas y este año no he dado pienso”
La de Abel Fernández López, granja O Igrexario, de Ortigueira, es una de las ganaderías participantes en el estudio. “Empecé en el 2016 en Ternera Gallega Suprema y para mí el pasto es otro concentrado más. El aporte más importante que doy al ganado es ése, porque es el recurso más económico que tengo en la granja y no puedo desperdiciarlo”, destaca.
«Para mí el pasto es otro concentrado más»
En la zona norte de la costa de A Coruña, en la que está la ganadería de Abel, hay pasto casi todo el año. “No tiene sentido no usarlo, otra cosa es cómo lo gestionamos y cómo conseguimos una canal comercializable. Yo este año mandé a matadero a todos los terneros sin pienso. Pero si te coincide que tienen que salir en invierno igual tienes que dar pienso, porque no siempre tienes la misma calidad de pasto”, matiza.
«Yo como ganadero solo me dedico a manejar costes porque el precio de venta de los terneros no lo pongo yo»
Abel trata de sacar al pasto todo el rendimiento que puede, para lo cual hace un manejo en el que mueve dos veces al día a las vacas en la parcela. “Les abro pasto nuevo cada 12 horas, por lo que yo casi estoy encuadrando en el campo, porque casi no se mueven del sitio”, dice.
“Yo como ganadero solo me dedico a manejar costes y cuando estamos en una época como esta, de costes de producción altos, tenemos que aprovechar el pasto como principal recurso que tenemos. Después, a la hora de comercializar, es un juego entre dos, lo que quiere la industria y lo que puedo dar yo de manera rentable”, concluye.
“Sacrifico a los 8 meses, cuando aún conservan la grasa de la leche”
David López García es un ganadero de A Marina que tiene las vacas pastando los 365 días del año, logrando machos con el nivel 2 de grasa y hembras con 2-3 de grasa. “Sacrifico a los 7-8 meses, al destete, cuando aún no han perdido la grasa que les aporta la leche materna. Logro animales de 180 kg canal; ahí es cuando son rentables, porque después ya hay que gastar en ellos”, afirma.
En relación a las críticas de la IGP por la menor calidad de los becerros pasteros, David argumenta que “el problema viene cuando los terneros se destetan y quedan otro mes y medio o dos meses en el prado hasta que se mandan al matadero, porque ahí es cuando pierden toda la grasa”, dice.
«Mis becerros comen la tercera parte del pienso que come uno en el establo»
“No se puede meter todo en el mismo saco y decir que los becerros del pasto son malos. No es comparable toda Galicia. Los que tenemos esa oportunidad no tenemos la necesidad de meternos en gasto estabulando y cebando. Lo que cuenta es la clasificación de la canal; lo que cuenta es el resultado colgado, no cómo se logra ese resultado, porque si los tenemos estabulados pero tienen mala cama, llueve dentro o el comedero está vacío, de poco vale tenerlos estabulados. Con las tolvas fuera y el pienso a libre disposición a partir de los 4 meses, evitas neumonía, rotura de patas, sacar estiércol y mucho trabajo. Mis terneros comen la tercera parte del pienso que come uno metido en un establo”, explica.
“A mí me es imposible cebar a pasto cuando no lo tengo”
Erik Paisán Fernández es un ganadero de Pereiro de Aguiar, donde las condiciones para el pasto no son las mismas que en A Mariña de Lugo o en Ortegal. “A mí me es imposible cebar a pasto cuando no lo tengo, en los meses de agosto, septiembre y octubre por la sequía y en invierno por las heladas”, cuenta.
Su sistema de manejo incluye la estabulación de los terneros. “Tenemos fuera vacas y becerros hasta los 6-7 meses con tolvas para que luego no extrañen el pienso cuando los metemos dentro. Yo no puedo usar el pasto el mismo tiempo que hacen David o Abel, porque si tengo el ternero mamando en la vaca fuera hasta los 8 meses en pleno mes de agosto, me quedo sin la vaca y el becerro”, asegura.
Xan Pouliquen, coordinador del grupo operativo Vacuno de Carne a Pasto, reconoce que las condiciones para el pastoreo no son las mismas en toda Galicia pero que es posible hacer mejoras tanto en el manejo del ganado como en las especies sembradas para preservar la pradera durante más tiempo. “El sistema de pastoreo imperante en Ourense es nefasto, catrastrófico. Mejorando ese sistema podemos reducir la sequía y tener pasto un mes más”, asegura.