Ecologistas en Acción ha hecho público un informe con el título “El verdadero precio de los alimentos” en el que recopila las causas del deterioro de diferentes espacios costeros emblemáticos para alertar sobre un entramado alimentario "exportador, complejo y opaco".
[Ecologistas en Acción]El informe revela que a lo largo de la costa sur de la península ibérica, desde Murcia hasta Huelva, la región está afectada por la influencia de la agricultura industrial, que ha crecido exponencialmente, sobre todo desde la integración de España en la Unión Europea. Su impacto sobre la naturaleza y las personas se ha hecho tristemente notorio en los últimos años: ya sea la agricultura intensiva en la comarca del Campo de Cartagena, en la Región de Murcia, que provoca la eutrofización periódica del Mar Menor; el mar de plástico en Almería, donde el cultivo de hortalizas en invernaderos contribuye significativamente a la contaminación de las masas de agua con microplásticos y agroquímicos; o el cultivo de frutos rojos en la cuenca hidrográfica del Parque Nacional de Doñana, que está siendo literalmente drenada de agua.
"El sistema funciona y se sostiene en parte por la explotación de mano de obra barata, generalmente personas en situación de vulnerabilidad, condenadas a trabajar y vivir en condiciones inhumanas. Todos estos son ejemplos de un modelo agroindustrial que hace tiempo que ha alcanzado los límites del colapso".
La elevada demanda de la exportación de productos frescos, especialmente hortalizas, cítricos y frutos rojos, desde esas zonas de cultivo a países del norte de Europa, principalmente Alemania, Reino Unido, Francia y Países Bajos es "uno de los aspectos que se debe revisar si queremos asegurar el futuro de estas comarcas del sur, la soberanía alimentaria y la transformación hacia un sistema alimentario más justo y perdurable".
Las grandes cadenas de supermercados del norte y su influencia sobré qué, cómo, cuánto y a qué precio se produce en el Mediterráneo, tienen un papel clave en este momento, se afirma en el informe. "Y lo saben. Y la masa consumidora también, aunque seamos, todavía, poco conscientes de nuestro poder para inducir cambios".
En este sentido, "es necesario sensibilizar y activar no sólo al sector productivo y a los agentes sociales y políticos de esta zona meridional de Europa, si no también a las sociedades receptoras, sin las que será imposible reforzar globalmente la soberanía alimentaria y llevar la estrategia política de la Comisión Europea ‘De la granja a la mesa’ a buen término".