Jaulas de atún rojo de Getaria, pendientes del permiso medioambiental en Madrid

En el vivero que quieren poner a 3,6 millas náuticas de la costa, las jaulas deberían empezar a funcionar en junio, pero se retrasarán. El proyecto cuenta con el visto bueno del Gobierno Vasco y ha sido impulsado por las cofradías, pero plantea algunas dudas.

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[berria]

Iban a empezar este verano, pero es muy probable que se retrase hasta el año que viene. La empresa catalana Balfego, en colaboración con el centro de investigación Azti, pretende instalar dos grandes jaulas de engorde de atún rojo a 3,7 millas náuticas (6,6 kilómetros) de la costa de Getaria (Gipuzkoa). El proyecto recibió la autorización del Gobierno Vasco en abril y se encuentra en la mesa del Ministerio de Transición Ecológica del Gobierno español.

Se trata de una infraestructura innovadora, que no existe en el mar Cantábrico, pero sí en el Mediterráneo y el norte de Europa, como Noruega para el cebo de bacalao y salmón. El proyecto ha generado una gran expectación en el sector pesquero de bajura de Bizkaia y Gipuzkoa, pero también muchas dudas.

El representante del director de Balfego, Juan José Navarro, explicó que esperaban que la autorización del Ministerio llegara a tiempo, pero que se está retrasando. El Gobierno de Madrid no tiene plazo para responder y puede pedir informes complementarios. "Parece que se van a retrasar".

Si el visto bueno llegara en los próximos quince días, no se descarta que comience en la segunda quincena de julio o en agosto. De hecho, su intención este año era lanzarse a modo de prueba, "con poco atún rojo".

Navarro dice que tienen todo preparado para poner la infraestructura y que tardarán 25-30 días en hacerlo. Todo el material será transportado desde el muelle de Orio, pero, en la actualidad, allí no hay rastro de ello. Costará 2,1 millones de euros.

Por qué el atún rojo

El atún rojo se ha convertido en un "problema" para los pescadores vascos. Tienen una pequeña cuota comparada con el bonito, pero no saben qué hacer con él porque no pescan. En el siglo pasado la pesca fue muy apreciada. Estaba muy cerca de la costa vasca, pero es difícil de capturar porque es muy bravo y pesado —unos 100 kilos—. Por eso, los arrantzales vascos han preferido dedicarse al bonito.

Pero esa no es la única razón. Con los años la pesca se "descontroló" y a mediados de la década de 1990 la especie estuvo a punto de desaparecer de la costa vasca. Así, en 2008 la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) comenzó a establecer cuotas de pesca de atún rojo y bonito entre los buques de bajura. Junto a ello, creó dos subsectores: el de los que utilizan artes tradicionales o métodos artesanales de pesca y el de los que practican pesca de cerco, el principal en la actualidad. Sólo entre estos segundos se repartió la cuota.

En 2010, las embarcaciones vizcaínas y guipuzcoanas dejaron de capturar atún rojo por problemas de pesca y comercialización, y comenzaron a vender cuota. Al principio, un tercio de la cuota, luego la mitad, al grupo Ricardo Fuentes, de Murcia (España). En 2019 se vendió la cuota íntegra a Balfego de Tarragona (Cataluña), empresa que se instalará en el vivero de Getaria.

Cuota: de quién, para qué

El año pasado, el Gobierno español elaboró una ley sobre pesca sostenible e investigación pesquera. Según ésta, si un barco no pesca la cuota asignada durante dos años, la pierde. En la actualidad son las cofradías de Bizkaia y Gipuzkoa las que gestionan las cuotas al no ser utilizadas por las embarcaciones.

Conscientes de la posibilidad de una nueva normativa, las cofradías, especialmente las guipuzcoanas, mostraron su preocupación; mantuvieron varias reuniones con la Dirección de Pesca y Acuicultura del Gobierno Vasco, y analizaron el intento de un proyecto como los viveros de atún rojo de Balfego en el Mediterráneo en la costa vasca.

Pero en lugar de vender la cuota íntegra a una empresa privada para evitar los problemas que ello pueda ocasionar, concluyeron que lo ideal era crear a través del centro de investigación Azti una "empresa público-privada" que gestionara la cuota de las cofradías.

"Como el Gobierno es el jefe de las cofradías, así pueden argumentar que Azti está unido a ellas", explica Leo Belaustegi, miembro de la asociación a favor de la pesca artesanal Ondarroa 12 Milia. No tiene ninguna duda de que el proyecto es "legal" y que todos los agentes implicados han hecho todo lo posible para que así sea, pero considera que no es la vía más adecuada para la pervivencia del sector.

Las cofradías no piensan igual y dicen que el proyecto puede ser una solución "rentable" a la cuota que suele quedar sin pescar. Así se expresa Emeterio Urresti, presidente de la cofradía de Getaria: «Con la cuota podemos hacer tres cosas: no pescar, pescar, o comercializar a través de otra empresa. La empresa y el Gobierno nos han puesto encima de la mesa la opción del vivero y nosotros queremos probarlo". Recuerda que primero harán un experimento piloto, y luego los resultados demostrarán por dónde tirar. "Si son positivas, no tengo ninguna duda de que el proyecto beneficiará a los pescadores".

Urresti realizó estas declaraciones a preguntas de este periódico el pasado 8 de mayo en una comparecencia conjunta con representantes del Gobierno Vasco en Getaria para informar sobre la campaña de la anchoa. Allí estuvo la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, quien también defendió la viabilidad del proyecto. Subrayó que se trata del desarrollo de "una idea propuesta por los arrantzales" y que han recibido el apoyo del Gobierno. "Con este proyecto vamos a aportar un nuevo valor añadido al sector. A pesar de no ser la cuota alta que tenemos, este proyecto nos permite gestionarnos de otra manera y sacar mucha más rentabilidad".

En parecidos términos se expresó el alcalde de Getaria, Haritz Alberdi (EH Bildu). "Es una infraestructura bastante alejada del pueblo y, desde el punto de vista del conocimiento, a los getariarras el tema nos queda bastante lejos. Ahora bien, si queremos seguir viviendo del mar, tenemos que ir hacia la diversificación".

Otras opciones

El director de Pesca del Gobierno Vasco, Leandro Azkue, ha sido uno de los principales impulsores del proyecto. Lleva años con los jefes de las cofradías buscando una solución al "problema" del atún rojo y con estas palabras defendió el proyecto en su última entrevista con BERRIA. "Hay que analizar qué ha pasado con el atún rojo en los últimos cinco o seis años. Nuestros pescadores han vendido sus cuotas de pesca o licencias a empresas españolas porque les resulta más rentable. Con un proyecto así, podemos conseguir que esas cuotas se queden aquí, haciendo dueños o socios a los pescadores de aquí».

Belaustegi no lo ve tan claro. A su juicio, sería necesaria otra solución: repartir las cuotas de atún rojo entre las embarcaciones que utilizan artes tradicionales, al menos una parte. "Sería la vía para mantener un sector y un tipo de pesca en peligro de extinción y una medida para impulsar de verdad la soberanía alimentaria".

El miembro de la asociación Ondarroa 12 Milia recuerda que así lo han hecho en Canarias y que así se va a hacer en el norte de Francia. Una resolución de la Unión Europea hecha pública en abril ha dado la razón a los pequeños pescadores de allí ante las grandes empresas del sector alimentario.

De acuerdo con el artículo 17 de la Política Pesquera Común, en el reparto de cuotas deben primar los tipos de pesca que utilicen técnicas menos perjudiciales para el medio ambiente. "En base a esta resolución estamos solicitando que al menos una parte de la cuota correspondiente a los buques vascos se reparta entre los pescadores artesanos".

Para la consejera Tapia, "está bien esa pesca de siempre", pero cree que hay que "recorrer nuevos caminos". "Los barcos se están modernizando y están trabajando de una manera mucho más eficaz. Además, debemos analizar qué otras alternativas existen, entre las que se encontraba esta. Si se puede hacer en otros sitios, probemos si aquí también es posible».

¿Es sostenible?

El pasado mes de abril el Gobierno concedió la autorización ambiental para la construcción del vivero. El proyecto plantea una serie de dificultades técnicas relacionadas con las características geomorfológicas del mar y la costa, así como con el medio ambiente. En el informe del Gobierno se mencionan algunos de ellos: entre otros, prevé daños en los sedimentos, en la calidad del agua y en la biodiversidad, pero se llega a la conclusión de que "el impacto sobre las variables mencionadas no es significativo [...] No se prevén efectos negativos significativos".

Belaustegi piensa de otra manera. Por un lado, ha destacado los problemas de contaminación. Explica que en este tipo de criaderos los bonitos dejan mucho forraje sin comer, lo que acaba quedando en el fondo del mar; cuando el pescado se pudre y al ser comido por otras especies aumenta el riesgo de propagación del parásito anisakis.

Por otra parte, señala que los daños que causará a los pescadores que trabajen cerca de la infraestructura también son dignos de tener en cuenta. "Es el paso de muchas embarcaciones y este año, por ejemplo, han estado pescando anchoa en la zona".

También ve otros problemas. Su impacto en la soberanía alimentaria, por ejemplo. Recuerda que para engordar un kilo de atún rojo se necesitan entre 10 y 15 kilos de pescado azul —verdel y sardina principalmente—. «Retiraremos ese pescado de nuestro consumo para darle de comer a un pescado que se va a vender fuera». Especialmente en Japón, donde es muy apreciado el atún rojo, para hacer sushi.

Belaustegi también se ha enfrentado a otro argumento de quienes defienden el plan: el del empleo. Según ha explicado, para mantener la infraestructura se necesitarán entre ocho y diez personas y entre cinco y seis más para pescar y transportar atún rojo. «Eso serían dos barcos artesanos. El reparto de la cuota permitiría un mayor número de pescadores".

Pero hay otra cuestión que puede cuestionar el proyecto. El Estado español no autoriza el uso de técnicas de cerco en el área marítima del Cantábrico a doce millas de la costa para capturar atún rojo y bonito. Esta normativa está en vigor. Además, prohíbe el uso de redes de más de 600 metros para ninguna especie, y las que utiliza Balfego en el Mediterráneo tienen casi 2.000 metros. "No sé cómo lo van a solucionar, pero ahí pueden tener un problema con la administración".

DATOS DE INTERÉS

Cómo
Los bonitos serán pescados con red por una embarcación de la empresa o contratada por ésta, utilizando la técnica del cerco. Posteriormente, en esta red los peces serán trasladados hasta el vivero, sin salir del mar y respetando su velocidad. Al llegar a la infraestructura, los pasarán a las jaulas a través de unas puertas.

Cuándo
Comenzarían la campaña en junio y los tendrían en jaulas hasta octubre, engordando. Los sacrificarían en octubre para comercializarlos. Tras su muerte, los ejemplares serán inmediatamente eviscerados y refrigerados para mantener su calidad. Durante el resto del mes, la infraestructura no se utilizará, aunque necesitará un mantenimiento.

Cuántos
Todavía no está definido cuánto de la cuota de bajura de Bizkaia y Gipuzkoa quedará en manos de Balfego, al que se le vendió la totalidad en 2019, y cuánto de ella se utilizará en el criadero de Getaria y cuánto utilizará la empresa para pescar y criar en el Mediterráneo. El plan contempla un máximo de 500 toneladas anuales de atún rojo engordado en Getaria y una cuota de 1.300 toneladas para las embarcaciones de Bizkaia y Gipuzkoa. En su primer año, prevén introducir 100 ejemplares, unas diez toneladas. El segundo año, 150 toneladas, y a partir de ahí, 500 toneladas.

Alimentación
Los atúnes serán alimentados entre cinco y seis días a la semana, sólo con pescado azul. Se prohíbe el uso de otro tipo de alimentos. En estas infraestructuras es habitual el uso de piensos, aceites o harinas de origen animal, vegetal y sintético.