La asociación independiente y sin ánimo de lucro Salva la Selva, con sede central en Hamburgo (Alemania), ha iniciado una recogida de firmas para exigir a la Unión Europea que no ceda ante las "presiones de quienes se oponen al comienzo de la aplicación de la nueva normativa de la UE para productos libres de deforestación”. Precisamente, esta semana la Comisión Europea ha sucumbido y ha planteado retrasar un año la entrada en vigor de la regulación para combatir la deforestación, que estaba prevista para enero de 2025.
En una reunión con la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el Presidente de Brasil, Lula da Silva, ha instado a aplazar la aplicación de la ley. Amplias zonas de Brasil están ardiendo porque la industria agrícola está ampliando los pastos para el ganado y las plantaciones de soja a expensas de los bosques.
El nuevo Reglamento de la UE para productos libres de deforestación (EUDR) entró en vigor a mediados de 2023. La norma, aprobada por amplia mayoría en el Parlamento Europeo, pretende contribuir a mejorar la protección de los bosques en todo el mundo. Prohíbe la importación y comercialización de productos para cuyo cultivo o producción se hayan talado o dañado bosques después del 31 de diciembre de 2020.
La normativa se aplica a la madera, el café, el cacao, el caucho, el aceite de palma, la carne de vacuno y la soja, así como a los productos elaborados con ellos, como muebles, papel, chocolate y neumáticos.
Tras un periodo transitorio, la normativa de la UE se debería aplicar a partir de 2025. Manda una señal importante para las empresas y la política: por fin se deben excluir los productos procedentes de la deforestación y la degradación forestal y tomar medidas contra ellos.
Presiones empresariales
Sin embargo, numerosos grupos de interés, industriales y comerciales, así como los gobiernos de muchos países, llevan meses ejerciendo una gran presión. Tienen como objetivo suavizar o retrasar el reglamento. E, "hipócritamente, se justifican alegando que supondría una enorme carga administrativa para las empresas y que no tendrían tiempo suficiente".
En realidad, "su interés son los beneficios, ya que se puede ganar mucho dinero con los productos de esas fuentes". Hasta ahora, estos se pueden vender prácticamente sin oposición ni control y sin temor a sanciones.
Esta petición exige a la UE que no ceda a los grupos de presión y excluya los productos de la deforestación.