Crece el rechazo en Europa al tratado de comercio con Mercosur

Esta semana, miembros de organizaciones de agricultores de toda Europa, entre ellas EHNE Bizkaia, llevaban a las calles de Bruselas el creciente rechazo al acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur. Mientras tanto, los gobiernos español, alemán y portugués pisan el acelerador para firmar cuanto antes el tratado.

ECVC-Asanblada-2024-04

Lo cierto es que el rechazo a este acuerdo de la Unión Europea con los países del Mercosur ((Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay y Bolivia) está creciendo con el paso de los días. El primer ministro de Francia, Michel Barnier, ha dicho en Bruselas que "en las condiciones actuales, este acuerdo no es aceptable para Francia y no lo será". "Recomiendo que no se ignore la posición de un país como Francia", ha sentenciado una vez finalizada su reunión con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Casi simultáneamente, más de 600 parlamentarios franceses han manifestado en un mensaje a Von der Leyen su oposición al proyecto del acuerdo de libre comercio UE-Mercosur porque "no protege debidamente a los agricultores de la UE".

También en Francia, la Confederación Paysanne ha protagonizado varias manifestaciones contra el Mercosur en Bruselas, París y en el sur de Francia. Por su parte, la Federación Nacional de Sindicatos de Productores Agrícolas (FNSEA) ha anunciado movilizaciones «en todos los departamentos» de Francia para advertir a los poderes públicos que la entrada en vigor de ese acuerdo tendría «consecuencias dramáticas» para la agricultura francesa. La Coordinación Rural (CR), el segundo gran sindicato del sector, ha convocado para el próximo martes 19 concentraciones de agricultores delante de las prefecturas (delegaciones del Gobierno) y ha amenazado con expandir sus protestas «hacia puntos estratégicos».

También las principales organizaciones ecologistas han clamado contra el tratado comercial. Greenpeace ha señalado que un acuerdo comercial entre la UE y los países del Mercosur provocaría un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero y es incompatible con la legislación europea e internacional sobre el clima. El grupo ecologista ha ido más lejos: el acuerdo puede ser impugnado ante el Tribunal Europeo de Justicia por un gobierno de la UE o por el Parlamento Europeo.

Incluso la Asociación de Consumidores Europeos (BEUC) ha señalado que “lamentablemente, este acuerdo impulsará el comercio de productos, como la carne, que no cumplen con los estándares de la UE, además de obstaculizar los esfuerzos por reducir la huella climática de la UE y cambiar a dietas más saludables”.

En el Estado español, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha reiterado su oposición frontal a este acuerdo por el "brutal impacto" para el modelo agrario europeo y los peligros para la seguridad alimentaria de los consumidores de la UE. Un estudio realizado por la Coordinadora demuestra que las aproximadamente 78.000 toneladas de carne de vacuno libres de aranceles que llegaría a Europa procedentes del cono sur americano supondrían la eliminación de 2 millones de vacas nodrizas en la UE. También el porcino, la remolacha azucarera y determinadas frutas y hortalizas se verían también afectados por la competencia desleal de las producciones de Mercosur.

Ya en Euskal Herria, EHNE Bizkaia ha exigido reiteradamente el "cese inmediato de las negociaciones sobre el acuerdo de libre comercio con Mercosur y una moratoria para todos los demás acuerdos de libre comercio que se están negociando actualmente". El sindicato reivindica la regulación del mercado y la implementación efectiva de la Directiva sobre prácticas comerciales desleales (UTP): "Nuestros ingresos dependen de los precios agrarios, y es inaceptable que éstos estén sujetos a la especulación financiera y los fondos de inversión".

Consecuencias del acuerdo

1. Según el texto del acuerdo, los países del Mercosur eliminarían los aranceles sobre más del 90% de los bienes importados de la UE, incluidos los productos manufacturados y los productos industriales, como pesticidas, automóviles con motor de combustión y plásticos. A cambio, la UE reduciría los aranceles de más del 90% de las mercancías importadas de Mercosur y liberalizaría más del 80% de las importaciones agrícolas, como carne de vacuno, aves de corral, azúcar y bioetanol.

2. En la Unión Europea, los ganaderos están sujetos a regulaciones muy exigentes en lo referido a sanidad animal, sostenibilidad, bienestar animal y seguridad alimentaria . Estas normas, muy costosas para los productores, garantizan, sin embargo, altos niveles de calidad y seguridad para los consumidores europeos. Por el contrario, los países del Mercosur no aplican regulaciones equivalentes en materia de sostenibilidad y sanidad animal, lo que permite que sus productos sean cada vez más baratos en el mercado.

3. Según algunas previsiones, el acuerdo permitirá la entrada de hasta 99.000 toneladas de carne de res anual a la UE, de las cuales una parte significativa se destinará a mercados como el español y el francés, dos de los mayores consumidores de carne en Europa. Para los ganaderos europeos, cumplir con las estrictas normas europeas representa un costo adicional en infraestructura, alimentación y manejo de los animales, que no se ve compensado con precios más altos en el mercado. Sin embargo, la presencia de estos productos de los países americanos a bajo costo reducirá en gran medida la demanda de carne de producción local, generando un descenso en los precios que afectaría directamente los ingresos de los ganaderos del Estado español. La pérdida de competitividad provocará que muchos ganaderos se vean obligados a cerrar sus explotaciones, afectando al empleo rural y al tejido socioeconómico de estas zonas.

4. Desde el punto de vista ambiental, la entrada de productos agrícolas del MERCOSUR incrementará la huella de carbono de los productos cárnicos que consumen los europeos, ya que el transporte desde Sudamérica implica mayores emisiones de CO2. Esto supondrá un fuerte retroceso en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero logrados por el sector agroganadero en Europa.

5. Además, el uso de pesticidas y antibióticos en la ganadería del MERCOSUR, donde las normativas no son tan restrictivas como en la UE, incrementará el riesgo de enfermedades derivadas de su consumo. No en vano un 27% de los productos fitosanitarios utilizados en los países del Mercosur están prohibidos en la UE.