Clase magistral para entender la política europea de agricultura de la mano de Iker Elosegi (EHLG)

El coordinador de Euskal Herriko Laborantza Ganbara ha intervenido en el programa Egonarria. Al hablar de choque de modelos de cultivo y cuando los tractores han salido a la calle, siempre se habla de la dichosa "PAC", es decir, de la Política Agrícola Común Europea. Ahora que están encima las elecciones europeas, Iker Elosegi explica en qué contexto y para qué se creó la política común europea; qué modelo de cultivo promueve y de qué manera; que la mayoría de las subvenciones se reparten a los grandes propietarios de tierra en lugar de a los agricultores... todo esto y más, dicho en palabras comprensibles para todos.

[bizibaratzea.eus]

¿Para qué la Política Común Europea de Cultivos?

Elosegi ha explicado en qué contexto surgió lo que se conoce como "PAC" en la calle: "Surgió en la década de 1960 con la intención de hacer frente a una situación particular a nivel europeo: gestionar las consecuencias de la II Guerra Mundial, especialmente la alimentación y todo el sistema de producción alimentaria. Las bases de entonces fueron que Europa tenía que volver a ser capaz de alimentar a sus habitantes, que había que salir de la situación catastrófica y producir mucho, modernizarse, etcétera". Todo el sistema de cultivo y alimentación vigente en la actualidad es fruto de esta época y de esta forma.

¿Qué ha hecho la Política Agrícola Común Europea para alcanzar estos objetivos?

Industrializar el cultivo. En palabras de Elosegi: "Ha diferenciado las granjas: si antaño había en una granja varias vacas de carne, algunos cerdos, algunos pollos, algunos campos, huertas y demás, esas granjas se convierten en zonas diferenciadas, digamos, sólo tienen vacas de leche. Las granjas se han diferenciado e intensificado su producción. Al mismo tiempo ha caído el número de granjas, el número de baserritarras, e incluso en algunos lugares prácticamente han desaparecido. Todas ellas son consecuencias de la PAC".

Para que la comida sea barata, un sistema basado en subvenciones que se reparten desde los impuestos de los ciudadanos.

"Hay que tener una alimentación barata para los clientes. No se puede permitir que sea demasiado cara la alimentación y que la gente tenga hambre", es el mensaje que lanzaron los políticos cuando se creó la Política Agrícola Común Europea, en palabras de Elosegi. Para ello, han puesto en marcha "un modelo que necesitaba la industrialización: las granjas tienen que producir productos homogeneizados para que la industria los compre tan baratos como sea posible para que los transforme, y luego el transporte los compre tan baratos como sea posible para venderlos y para que los compremos los clientes". Ha recordado que las revoluciones generadas por las subidas de precios en diferentes partes del mundo, como la que supuso el aumento del precio del pan en Egipto en 2008, "no se dan en Europa, donde la gente consigue comer 'bastante barato'". Pero el reverso de esto es que hay que repartir subvenciones a los cultivadores para sobrevivir.

Elosegi lo tiene claro: "Si mañana mismo Europa decide que 'ya no hay más políticas comunes de cultivo', caerá el sistema de cultivos de toda Europa, ¡y de inmediato!". Dice que hay unos pocos cultivadores que viven sin ninguna ayuda económica: sobre todo hortelanos. Pero tanto si recibe subvenciones como si no, ha advertido: "Yo no conozco en todo el País Vasco (habrá alguno, pero no lo conozco) que se haya enriquecido con el cultivo, con esa actividad económica. Los labradores viven con estrecheces, la mayoría de las veces con dificultad, algunos muy mal. Y si se tiene en cuenta cuánto ganan por hora de trabajo, es una miseria. Así que ese oficio lo hace la mayoría de las veces la gente porque le quiere: sabe que es trabajo pero no tiene dueño, él es el jefe de sí mismo y tiene una relación con el medio ambiente, los habitantes de la ciudad a veces ni siquiera tienen unos domingos soleados. Eso es lo que les satisface, pero económicamente está difícil".

¿De dónde vienen las subvenciones?

En palabras de Elosegi, "todos los clientes, cada vez que compramos, dicen que es IVA, que es TDA, como se quiera decir, pero con esos impuestos, al final, cada estado aporta una fortuna a la Unión Europea. Y la mayor parte de esa fortuna europea se aprovecha para pagar la política de cultivos".

Subvenciones que benefician sobre todo a los grandes propietarios de tierras.

El reparto de las subvenciones europeas "no es nada justo", ha denunciado Elósegui, que ha añadido: "Siempre es igual, a mayores granjas, mayores extensiones de tierra, mayor número de vacas, mayor número de ovejas... todo lo que queráis, más subvenciones". Esto fomenta la lógica de producir un solo producto entre los cultivadores y producirlo en la mayor cantidad posible, y fomenta también la competencia entre los cultivadores. Elosegi: "A eso se añade que ampliando el campo son más subvenciones, y así pasa lo que pasa. Ver en Álava, por ejemplo, cuántas granjas hay ahora, qué tipo de zonas son, qué cantidad de hectáreas tienen... Son grandes. Y en otras regiones se ve lo mismo".

Elosegi ha denunciado que quienes más subvenciones adquieren son los "grandes propietarios de tierras muy alejados del cultivo". Ha incitado a los oyentes: "En el Estado español es lo mismo, en Andalucía o en Extremadura, los herederos de aquellos "señoritos". Ahí tenéis miles de euros recibidos sin hacer nada".

"A las subvenciones hay que asignarlas una cantidad máxima y por persona, no por granja"

Elosegi ha explicado que en los ámbitos de decisión europeos hay un choque de modelos: "En el Parlamento ha habido ese debate, no es tan simple como voy a decir ahora, pero se ha debatido sobre la necesidad de limitar las subvenciones: que una granja no pueda acceder a tantos miles de euros al año. Una medida que no se aprobó por muy pocos votos de diferencia. Por lo tanto, se sigue con la posibilidad de acceder a subvenciones sin límite".

Explica que se han hecho muchas propuestas para cambiar el modelo de cultivo. Destaca una medida concreta: "Que sería muy simple, que la subvención pública se diera por persona y no por granja y con una cantidad máxima. Cuando se hace por granjas, cada granja quiere recaudar todo el dinero que pueda. En cambio, si se hace por personas y dando un tope, se introduce otro chip en la cabeza de los cultivadores: «No necesito aumentarlo, así que no necesito ahogarme de trabajo para maximizar el subsidio». Yo sé que tengo subvención por persona, así que me las arreglaré con esto y mejoraré mis condiciones laborales. En el Norte vemos cómo los cultivadores están intensificando o aumentando su número de ovejas, etc., aumentando por tanto la carga de trabajo. Y una persona tiene unas capacidades laborales, el día tiene 24 horas, no más, así que los límites están ahí".