Declaración tras la visita de una delegación de La Vía Campesina a Palestina

Del 8 al 18 de diciembre, una delegación internacional de La Vía Campesina (LVC), en la que han participado también dos representantes de EHNE Bizkaia, ha viajado a Palestina en respuesta al llamado de su organización miembro local, la Unión de Comités de Trabajadores Agrícolas en Palestina (UAWC).

Palestina niños bandera

La necesidad de organizar esta visita surgió de la urgencia de expresar solidaridad con el pueblo palestino en medio del genocidio en Gaza, y de recoger testimonios sobre el empeoramiento de la ocupación y el sistema de apartheid sionista.

La Vía Campesina ha expresado un apoyo constante a las luchas del pueblo palestino y ha denunciado las violaciones inhumanas perpetradas por Israel en Gaza. Después de varios meses de preparación, un grupo de campesinos y camnpesinas viajó a los Territorios Ocupados. La delegación estuvo compuesta exclusivamente por representantes de la Coordinación Europea de La Vía Campesina (ECVC), ya que las restrictivas políticas de visado impuestas por la ocupación israelí hacen casi imposible garantizar los viajes y la entrada desde fuera de Europa.

Como grupo de personas campesinas, visitamos numerosas comunidades, tanto de agricultor@s como de refugiad@s, en las gobernaciones de Ramala, Nablus, Hebrón, Jericó, el Valle del Jordán y Jerusalén Este ocupado. Nos reunimos con ciudadanos y ciudadanas, cuerpos de gobierno y organizaciones de la sociedad civil, incluidas organizaciones feministas, juveniles y de derechos humanos.

Aunque éramos plenamente conscientes de que la limpieza étnica de los y las palestinas comenzó con la Nakba en 1948, la delegación observó de inmediato la aceleración dramática de la colonización de los asentamientos en Cisjordania, junto con el deterioro de las condiciones de vida, trabajo y seguridad de las personas campesinas, pastoras y sus familias, especialmente mujeres y niñ@s. Estamos presenciando un momento de precariedad en la historia. Las estrategias imperialistas y coloniales, que están inflamando la región, están intrínsecamente conectadas con el genocidio en Palestina.

El rostro del genocidio

No hay nada oculto sobre el proyecto de los colonos israelíes para acabar con Palestina: vimos grandes carteles que llamaban a “no hay futuro para Palestina” por todas partes.

Reflexionando sobre lo que la delegación ha visto con sus propios ojos, ahora está claro que hay otro rostro del genocidio en Palestina. Afecta a todos los aspectos de la vida palestina: el acceso a la tierra, al agua y a los recursos naturales, la libertad de movimiento, la educación, la salud.., lo que impacta profundamente en la capacidad de formar una vida viable y una sociedad, y un futuro autodeterminado.

En este contexto, como europeos, nos avergüenza y nos frustra profundamente señalar las responsabilidades de los gobiernos occidentales, a quienes denunciamos como completamente cómplices en las políticas de apartheid y en la masacre de palestinos y palestinas en Gaza y Cisjordania.

El nivel de impunidad y violencia de los colonos sionistas de las colonias ilegales y del ejército israelí que los ayuda y protege ha alcanzado niveles sin precedentes. En los últimos 14 meses, junto con la imposición de cientos de nuevos puntos de control y puertas, la infraestructura agrícola ha sido sistemáticamente atacada. Miles de hectáreas de tierras agrícolas palestinas, fuentes de agua, áreas de pastoreo y producción de alimentos han sido arrebatadas a los palestinos. Día tras día, la opresión y violencia colonial de los colonos y el marco legislativo israelí permiten que se planifiquen y lleven a cabo expulsiones, ataques y asesinatos ante los ojos de todo el mundo.

El patrimonio palestino está profundamente arraigado en su identidad rural y campesina. La lucha palestina por la dignidad y la liberación es una lucha por la autodeterminación, sobre su tierra natal, y por lo tanto por la soberanía alimentaria. A pesar de los enormes obstáculos, el patrimonio agrícola se transmite de generación en generación: la gente quiere quedarse o regresar a su tierra, incluso si sus familias están desplazadas como refugiados desde hace 76 años. Frente a esto, nos sentimos humildes y honramos la firmeza de los palestinos y las palestinas, conocida como su indeleble sumud.

Fuimos testigos de cómo, cada día, la ocupación israelí trata de expulsar por la fuerza a las personas palestinas de su tierra, negándoles el acceso al agua y privándolos de los medios para sobrevivir. Campesin@s, pastor@s, pescador@s o habitantes de ciudades están asfixiadxs por las infraestructuras de ocupación, tanto tecnológicas como físicas.

Ataques a UAWC

UAWC, como organización miembro de La Vía Campesina, responde a estas realidades todos los días, y son objeto de ataque por parte de los ocupantes por hacerlo. Los programas de desarrollo de tierras implementados por UAWC durante más de 20 años son clave para la soberanía alimentaria palestina. La ocupación israelí se ve afectada por los proyectos de UAWC para la recuperación de tierras para evitar la confiscación, el apoyo concreto a los medios de vida de los pastores beduinos nómadas, la formación profesional y los bancos de semillas. Estas acciones socavan la ocupación israelí porque socavan la base del proyecto sionista, que es la colonización de los asentamientos.

Estamos especialmente alarmad@s por la expansión colonial de los colonos en el Valle del Jordán, la despensa alimentaria de Palestina. Cuando se apunta a la soberanía alimentaria y la supervivencia de toda una población, las formas de vida indígenas –campesinas, pastoras beduinas, pescadoras de Gaza– se ven amenazadas, y con ellas el patrimonio cultural, el conocimiento tradicional, las razas animales y las semillas locales. Las semillas locales, como las conservadas y puestas a disposición por UAWC, son una forma crucial, asequible y bien adaptada para que las personas campesinas se alimenten a sí mismas, a sus familias y comunidades con seguridad. Este enfoque contrasta fuertemente con la explotación y el desprecio por la tierra expresado a través de la mentalidad colonial, que arranca árboles, impone monocultivos y granjas industriales, desertifica el suelo y hiere la tierra con bombas, excavadoras y enormes ejercicios militares.

Boicot a los productos israelíes

Por lo tanto, frente a la velocidad y la magnitud de la expropiación de tierras y agua palestinas, alzamos nuestra voz diciendo: ¡dejen que los campesinos y las campesinas palestinas cultiven! Llamamos al boicot de cualquier producto agroalimentario de Israel, a sanciones contra la ocupación israelí y a un firme rechazo de los acuerdos comerciales establecidos por Israel y otros países.

No encontramos las palabras adecuadas para describir nuestra gratitud hacia la inmensa hospitalidad que nos mostraron todas las personas de Palestina. Su bienvenida, su profunda humanidad, firmeza y sentido de amistad nos conmovieron profundamente. Estos son elementos fundamentales de la fuerza espiritual que permitirá al pueblo palestino resistir y ganar su prolongada batalla por la liberación.

La urgente necesidad de contrarrestar el desplazamiento y la apropiación de tierras por parte del gobierno israelí nos impulsa a fortalecer el ya fuerte compromiso de LVC con la causa palestina. Al regresar a nuestros respectivos países, es nuestra responsabilidad como miembros de la delegación difundir información y testimonios sobre la situación actual. Desarrollaremos aún más nuestras iniciativas de solidaridad efectivas y nuestras estrategias de apoyo a los campesinos y campesinas palestinas y al pueblo palestino.

¡Viva Palestina y vivan l@s campesin@s palestin@s!