Por un lado se plantean proyectos hiper intensivos como la granja de 20.000 vacas de Soria, mientras por otro lado crece la oferta de leche ecológica o producida en base a pastoreo.
El lácteo de vacuno ha vivido durante el año 2017 un claro ejemplo del choque entre los dos modelos de producción presentes en el sector. Por un lado está el modelo industrial e intensivo, cada vez más voraz en su apuesta por copar toda la producción, que tiene su mayor ejemplo en el proyecto de macrogranja de 20.000 vacas que se prevé construir en Soria. También resulta significativo, en el mismo sentido, el trato dado por la multinacional Danone a varios baserritarras de Nafarroa, condicionando la contiunidad de la recogida de la leche a un enorme incremento de la producción. Finalmente, ha sido la cooperativa Kaiku quien ha recogido la leche de esos ganaderos y ganaderas.
En el otro extremo están los proyectos de ganadería que apuestan por una producción ligada a la tierra con una clara intención de producir en base a recursos propios y de una manera sostenible en la búsqueda de una mayor autonomía.
Está claro que una gran mayoría de las explotaciones de vacuno de leche existentes se encuentran en un término medio dentro de estos dos modelos, si bien es cierto que las explotaciones lecheras de Hego Euskal Herria son las más dependientes de compras externas de toda Europa. No se debe olvidar que este enorme grado de intensificación de las explotaciones obedece en gran medida a que las políticas agrarias del sector lácteo han impulsado ese mismo modelo.
Diferenciar la producción
No hace muchos años cuando se planteaban debates en torno a la necesidad de la utilización de los forrajes propios, disminuir la utilización del pienso o adecuar el número de cabezas de ganado y hectáreas, suponía poco menos que predicar en el desierto. Con el tiempo, sin embargo, estos planteamientos han ido ganando adeptos.
Hoy es el día en que a nivel europeo las propias industrias lácteas y las cooperativas están ofreciendo en el mercado leche producida en base a pastoreo. «Leche de vaca con un mínimo de 150 días de pasto al año» es un reclamo que se ve cada vez más en Europa.
Lo mismo sucede con la producción ecológica, que está siendo impulsada por la propia industria y diferentes iniciativas cooperativas, como la experiencia de Ipar Euskal Herria donde una docena de productores englobados en la cooperativa Biolait y la cooperativa CLPB iniciarán la venta de leche ecológica.
En este sentido, sería muy importante y necesario que las diferentes cooperativas de Hego Euskal Herria hiciesen suya esta apuesta y se sumasen de forma decidida a ofrecer una leche diferenciada.
En la sociedad en general está creciendo la demanda de una agricultura respetuosa con el medio ambiente que produzca alimentos de calidad. Tanto Kaiku, Bizkaia Esnea como SAT-Karrantza deben implicarse en este tipo de iniciativas, dar pasos en cuestiones como la no utilización de transgénicos, el pastoreo de las vacas o la producción ecológica. Además de ofrecer producto local, el modelo de producción y la relación directa de este modelo con una mejor calidad del producto deben ser otros alicientes a ofrecer a las y los consumidores, sin olvidar que puede resultar más rentable para ganaderos y ganaderas.
Politicas de desintensificacion
La demanda social por productos de calidad está creciendo y todo indica que así seguirá haciéndolo en el futuro. Las instituciones deben tomar nota de ello y plantear políticas de desintensificación de la producción láctea, fomentando la presencia de numerosas pequeñas explotaciones en lugar de pocas y grandes. Cada vez es más patente que en el futuro no servirá con ser «de aquí», otras cuestiones tan importantes como el modo de producción, el respeto a la tierra o el bienestar animal serán aspectos que el consumidor tendrá en cuenta a la hora de realizar la compra. Es un paso a dar, cuanto antes mejor.