Mixel Berhokoirigoin iba a estar presente en la sesión central de apertura del congreso Elikadura 21, la principal referencia de quienes se interesan por la soberanía alimentaria y la agricultura sostenible en el País Vasco. No pudo, sin embargo, acercarse hasta Vitoria porque, como contrapartida a su trabajo en el movimiento civil de desarme de ETA, un juez de París le ha impedido salir de Francia. Berhoko pronunció su discurso en vídeo, que fue aplaudido por los congregados en el palacio Europa y que ARGIA ofrece transcrito aquí.
Si la agricultura tiene como misión crear alimentación al mundo, alimentar a la gente, en cantidad y calidad... el problema es que vemos que en el mundo de hoy hay mil millones de personas hambrientas, mil millones más malnutridas...
No es un problema técnico, sino político. Podemos hacer un mapa del mundo explicando dónde hay gente hambrienta y gente bien satisfecha. Y luego haremos otro mapa clasificando las tierras de nuestro planeta según su fertilidad, mejores y peores. Se podría pensar que los dos mapas deberían ser parecidos, que la gente peor alimentada debería vivir en las zonas peores, si eso tuviera una coerencia. Pero no es así la mayoría de las veces, donde son las mejores tierras muchas veces la gente vive hambrienta.
Por tanto, no es un problema técnico, sino político. Quiere decir que siendo fértil la tierra de esas tierras fértiles no se emplea para satisfacer a sus habitantes, sino para otros fines. O para alimentar cultivos industriales, hacer agrocombustibles, etcétera.
Otro ejemplo es la implantación de la política agrícola europea desde los 60 años. Después de esos años vemos que hay producciones que son deficitarias, otras que dan superávit. El azúcar, la leche de vaca... era demasiado poco hace 25 años y ahora dan excedencias. Por el contrario, observando las proteínas, si antes estaban en déficit el déficit se ha incrementado, carne de oveja y otros. ¿Quiere decir que los europeos somos capaces de hacer azúcar o leche de vaca y no sabemos hacer carne de oveja? ¿O que nuestras tierras son buenas para una y malas para otra?
No: son los cuadros políticos los que dan la explicación. En Europa hay productos que han tenido una protección frente a la competencia mundial y otros que han quedado a merced del libre mercado sin protección, impidiendo la autosuficiencia.
Por tanto, el fondo de la Soberanía Alimentaria es dotar a la agricultura de un cuadro político para salir de la dependencia del libre mercado. Esa es una de las condiciones, el cuadro jurídico y político, para anteponer la soberanía alimentaria al libre mercado.
Pero eso no basta. En el mundo no todas las tierras son iguales pero todas tienen su papel para la soberanía alimentaria. Cada tierra tiene sus capacidades, sus peculiaridades, sus condiciones físicas, su microclima... Como las tierras del mundo no son iguales, los cultivos no deben ser iguales. Más que el cultivo del mundo... los cultivos del mundo.
He ahí los testigos de cultivo, en el camino de la agroecología, con las particularidades del lugar, de las razas.
Ahora tengo algunas preguntas para los debates de este congreso, algunos desafíos.
Sabemos que la agroindustria no es organizada para satisfacer a la gente. Pero la realidad también nos demuestra que en el mundo la gente se está concentrando en las grandes ciudades, en las megápolis. ¿Cómo vamos a alimentar esas megápolis? Si no es posible con cultivos locales, ¿cómo? ¿Qué tipo de industria agroalimentaria necesitamos al servicio de la alimentación? ¿Qué distribución agroalimentaria necesitamos para satisfacer a las magapolias?
Por otro, la pregunta correspondiente a las técnicas. Lo técnicamente posible siempre se piensa que hay que aplicarlo, sin pensar si es bueno o no, "es posible, así que lo aplicaremos", y las decisiones políticas se organizan en función de ellas. ¿Cómo controlar las técnicas? Cada vez vamos más a un sistema artificializado, a la robotización, a un sistema que destruye la autonomía de la persona y de los pueblos. ¿Cómo controlar la tecnología, nuestra dependencia de ella? ¿Cómo establecer un modelo tecnológico al servicio de un modelo y no un modelo al servicio de la tecnología?
Punto final, nosotros exigimos como campesinos precios dignos para que nuestro trabajo sea dignamente pagado a cambio de producir una buena y sana alimentación. ¿Cómo compaginar precios dignos para los agricultores y precios sostenibles también para los consumidores no ricos? ¿Qué papel debe jugar la política agraria, las ayudas públicas?