La violencia indiscriminada practicada por el Gobierno israelí ha provocado que Gaza tenga ahora el mayor número de niños amputados per cápita del mundo; muchos han perdidos extremidades y se someten a cirugías sin anestesia. Así consta en el último informe publicado por la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA).
Foto: UNICEF
OCHA (United Nations Office for the Coordination of Humanitarian Affairs) ha advertido que con el ritmo actual de evacuaciones médicas, se necesitarían siete años para rescatar a 2.500 menores que necesitan urgentemente salir de la Franja para recibir tratamiento, mientras que algunos han muerto esperando las aprobaciones para la evacuación.
Según el Ministerio de Sanidad de Gaza, entre el 7 de octubre de 2023 y el 3 de diciembre de 2024, al menos 44.502 personas han sido asesinadas en Gaza y 105.454 heridas por el Gobierno genocida de Benjamín Netanyahu.
La franja de Gaza sigue siendo el lugar más peligroso para el personal humanitario. Desde octubre de 2023, 251 trabajadores y trabajadoras de UNRWA en Gaza han sido asesinados.
Además, al menos 1,9 millones de personas, el 90% de la población total de la Franja, están desplazadas. Muchas de ellas han sido desplazadas en repetidas ocasiones, algunas diez o más veces.
Las condiciones de la población en el norte de la Franja son las más alarmantes. Desde el 6 de octubre, las fuerzas israelíes están llevando a cabo una brutal ofensiva terrestre y siguen imponiendo un estricto asedio. Algunas partes del norte llevan bajo un asedio más de 60 días. A pesar de los intentos de los equipos humanitarios por llegar con asistencia, no se les ha permitido.
Debido al desalojo del norte, la afluencia en la ciudad de Gaza ha aumentado de 250.000 personas, que se estimaba que había a finales de septiembre, a aproximadamente 375.000 personas. La masificación es cada día más grave y pone en riesgo la salud de la población.
Con la llegada del invierno, las preocupaciones aumentan en toda la Franja. Hasta ahora, solo se han cubierto el 23% de las necesidades para proteger a las personas desplazadas de la lluvia y el frío, lo que significa que 945.000 personas aún están desprotegidas antes las adversidades meteorológicas.
La infraestructura de comunicaciones en Gaza está gravemente afectada por la destrucción. Las redes están dañadas, los cortes de servicio son constantes y la conectividad es muy limitada, lo que obstaculiza la respuesta humanitaria y pone en peligro al personal humanitario.
Debido a la escasez de combustible, el suministro de agua es cada vez más limitado. La producción de agua ha disminuido en un alto porcentaje en noviembre, incluida la extracción a través de pozos subterráneos.