Declaración
«La violencia y el genocidio cometido contra Palestina desde el 7 de octubre de 2023 ha generado en Euskal Herria una movilización y una colaboración entre diferentes desconocidas hasta hoy. Se han llevado a cabo numerosas y grandes movilizaciones para denunciar el genocidio contra el pueblo palestino. Euskal Herria ha contribuido a expandir el grito de Palestina en el mundo. Sin embargo, las últimas noticias llegadas desde Oriente Próximo y el ANIQUILAMIENTO de Palestina siguen llenándonos de impotencia. La violencia e impunidad de Israel no tiene límites.
El 7 de octubre de 2024 queremos reivindicar Paz y Justicia para todos los pueblos del mundo. Y la pregunta que nos hacemos es: ¿Por qué la comunidad internacional consiente la impunidad del Estado de Israel?».
Lectura de la iniciativa Gernika-Palestina
«¿Podemos imaginar un pueblo sin tierra, una nación sin territorio? ¿Nos damos cuenta realmente de las dimensiones del éxodo palestino impuesto por Israel desde 1948? ¿De lo que significa tener que abandonar tu propia casa, tu pueblo, tus olivos y tu mar? ¿Entendemos el significado del ‘Mapa de Ausencias’ del gran poeta palestino M. Darwish?
Nada legitima ocupar territorio ajeno, ni las crueles consecuencias de las guerras, ni la destrucción, reclusión y negación de toda una población. En 2024, sin embargo, estamos siendo testigos de uno de los genocidios más crueles jamás cometido y, sin embargo, la comunidad internacional no logra frenar ese horror. Y decimos horror, ya que bastan dos datos para visibilizar el
alcance del genocidio palestino: el ejército israelí, el Estado de Israel, ha matado ya a 41.000 palestinas y palestinos, y ha destruido el 70 % de las calles e infraestructuras de Gaza. Dos datos que nos sirven para afirmar que nos hallamos ante una nueva Nakba de graves consecuencias sociales y políticas. Atacando al Líbano, Israel ha dado un paso más que provocará miles de víctimas y más destrucción. Ha provocado una espiral que no sabemos dónde ni cómo acabará.
Todo ello ha dejado en evidencia la deriva en la que está sumida el orden internacional. Hoy por hoy, la comunidad internacional es incapaz de, utilizando las herramientas legales de las que se dotó tras la II Guerra Mundial, acabar con la impunidad de Israel y garantizar la seguridad y la esperanza a la población de Palestina.
Desde el 7 de octubre del año pasado, durante estos 12 largos y terroríficos meses, al igual que en otros muchos lugares y rincones del mundo, en Euskal Herria, el pueblo que vivió Gernika, tanto en la calle como en las instituciones, hemos querido poner en el centro la paz y el derecho internacional, dos caras de la misma moneda.
En el marco de las elecciones al Parlamento Europeo de junio pasado, instamos a esa institución y a sus líderes a adoptar las medidas económicas y comerciales necesarias para poner fin a la política genocida israelí, y asimismo exigimos a la UE la suspensión de su acuerdo comercial con Israel.
Todos los agentes sociales, sindicales y políticos que impulsamos la iniciativa Gernika-Palestina queremos proclamar que hay un lugar para la esperanza, desde la solidaridad. Somos muchos y muchas las que gritamos en las calles ¡“Basta”! Las que exigimos un nuevo orden político que busque la Paz y la Justicia. Y para construir ese nuevo orden, no nos cansaremos de exigir y reivindicar que:
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- Palestina necesita un alto el fuego inmediato, que callen las armas y termine la ocupación colonial israelí.
- Los países occidentales deben suspender la compraventa de armas y recursos militares a Israel.
- Consideramos como puntos de partida fundamentales la no-injerencia de ningún país o potencia en Palestina, así como el respeto y reconocimiento de su derecho de autodeterminación. La población palestina necesita recursos materiales y políticos para vivir con dignidad en su tierra.
- Con el objetivo de alcanzar una paz justa, estable y duradera, el diálogo y la negociación son las herramientas principales para acabar con esta cruel situación. La participación activa de la comunidad internacional es fundamental. Es la única forma de empujar a las partes a negociar y cumplir escrupulosamente el Derecho Internacional y las resoluciones de la ONU».
