Jakobe Beramendi y Ioritz Mitxelena son miembros de la cooperativa Elika. 10 personas componen este proyecto ubicado en Oiartzun. Mientras Ioritz y Jakobe se dirigen a producir, los otros ocho miembros se ocupan de las cuentas monetarias y de la burocracia. El proyecto se ha puesto en marcha en terrenos alquilados por el Ayuntamiento de Oiartzun y para primavera se empezará a comercializar la producción.
[Etxalde 26, pág. 10]La cooperativa Elika está formada por 10 miembros preocupados ante la pérdida del mundo rural en Oiartzun. A modo de ejemplo, mencionan que en 1930 el 50% de la población del pueblo se dedicaba a la agricultura y hoy en día está entre el 1% y el 2%. «Veían que lo del baserritarra es un trabajo explotado, con pocos recursos y mal pagado» y pensaron que había que hacer algo práctico ante ello, explican Ioritz Mitxelena y Jakobe Beramendi.
Dentro del proyecto Lurbizi, el Ayuntamiento de Oiartzun, junto con la Asociación de Desarrollo Rural Behemendi, alquiló dos hectáreas del caserío Kutxo y en él se han implantado dos proyectos de huerta. Por un lado Elika y por otro Arrastalo, la asociación de enfermos psíquicos de Oiartzun. Hace tiempo que Jakobe y Ioritz tenían ganas de dedicarse a «sin jefe», según dicen sonriendo. "Esta es una oportunidad para empezar a trabajar con nuestro propio Kotuz, con un nuevo proyecto. Vemos que eso requiere responsabilidad, pero también está ese placer que da ".
EL TRABAJO ALTRUISTA
Mitxelena ha heredado de sus padres el conocimiento sobre el caserío, siempre han tenido huerta en casa. Jakobe Beramendi viene del jardín y dice que "desde pequeños hemos visto que es un trabajo duro. Ahora en Oiartzun surge este grupito con conciencia e ilusión por trabajar ". La cooperativa Elika está formada por 10 personas y cuenta con dos trabajadores: Ioritz y Jakobe, dedicados a la producción de alimentos. Entre los ocho miembros restantes se ocupan de asuntos distintos a la tesorería, el área jurídica, el área de subvenciones y la producción. "Para nosotros está muy bien poder concentrar toda la fuerza en producir. Un proyecto así requiere mucha burocracia y no tener que preocuparse de ello permite centrarse más en la producción ", subrayan. "Realmente hacen un trabajo altruista porque creen en ello, hoy en día hay muy poca gente dispuesta a ello, es de agradecer".
El pasado octubre movieron tierra, hicieron análisis para saber qué tipo de tierra es y poco a poco han ido montando invernaderos. "Después de los análisis nos enviaron unas recomendaciones. Aramos, echamos cal y dimos un mes de descanso a la tierra. Hemos estado comprando y montando invernaderos y a finales de noviembre empezamos a poner la primera cosecha».
El terreno apenas tiene 10.000 metros. En total se instalarán cuatro invernaderos y en el resto de la superficie se trabajarán hortalizas exteriores. "Queremos caminar hacia lo ecológico. Lo que ocurre es que tenemos dificultades a la hora de conseguir semillas y no todas las semillas son ecológicas, pero sí las técnicas de producción y los productos que utilizaremos serán ecológicos ".
Valoran mucho las lecciones recibidas de la madre de Ioritz, "su madre es la que nos está enseñando a recoger semillas, a guardarlas, a sembrarlas... eso da una tranquilidad", destaca Jacob.
Valoran positivamente la aceptación del pueblo, "cuando hicimos la presentación aparecieron unas 120 personas. Es gratificante ver cómo la gente del pueblo se ha tomado el proyecto, por ejemplo al pasar por el bidegorri que hay junto a la huerta los abuelos nos dan sus recomendaciones, han estado toda la vida en la huerta y nos dan su punto de vista, eso es muy gratificante».
INTENCIÓN DE AMPLIAR LA OFERTA
Preguntados por la oferta de huerta que van a tener, destacan que hasta ahora conocían las "variedades de siempre", pero cuando empiezan a valorar la posibilidad de ampliar un poco la oferta "nos hemos dado cuenta de que hay un montón de variedades". En este sentido, quieren apostar por las plantas aromáticas, "también queremos poner hierbas de cocina y queremos crear variedad de verduras y trabajar un poco la genética. Con la intención de empezar poco a poco, pero con la intención de intentar alrededor de las hierbas para la cocina, como se puede poner el perejil, queremos trabajar la menta, el tomillo y similares ".
Esperan tener lista la producción entre abril o mayo, recoger la primera cosecha y empezar a venderla. Plantean tres vías a la hora de comercializar. Por un lado han pensado hacerlo mediante cesta, por otro utilizarán la tienda de la iniciativa Labore de Oarsoaldea, y en tercer lugar también se han puesto en contacto con los pequeños comercios. "Como estamos al lado de la vía roja, la gente también nos ha manifestado nuestra intención de comprar por ella, pero de momento hemos pensado en dejar esta posibilidad para el final, centrándonos antes en las otras".