La ONU avanza en desarrollar alerta tecnológica
En la cumbre de Addis se logró la creación de un nuevo mecanismo de facilitación de la tecnología que incluye un foro de los grupos de interés para discutir asuntos de tecnología, incluyendo los riesgos y oportunidades de las tecnologías emergentes para los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas 2015-2030.
Los Estados miembro reunidos en Addis entre el 13 y el 16 de julio, en la Tercera Conferencia sobre Financiación para el Desarrollo, acordaron establecer un Mecanismo de Facilitación para la Tecnología que incluirá un equipo inter-agencias que colaborará con 10 representantes de la sociedad civil, del sector privado y de la comunidad científica designados por el Secretario General, así como una reunión anual intergubernamental con la participación de los grupos de interés de todas las perspectivas del debate tecnológico, y un foro en línea para la cooperación y la divulgación de información.
En un proceso de cuatro años que comenzó con las preparaciones para la Cumbre Río+20 en junio de 2012, el G-77 y China —encabezados por Brasil, India y Egipto— remontó fuerte oposición de los países ricos (con Japón, Estados Unidos y Reino Unido en la vanguardia) para establecer un mecanismo de Naciones Unidas para el desarrollo tecnológico, su transferencia y difusión. La decisión abre paso a la creación de un muy necesario sistema de alerta temprana sobre los impactos de las nuevas tecnologías. El acuerdo alcanzado en Etiopía la semana pasada fortalece los previos esfuerzos de la ONU para el establecimiento de un Banco de Tecnología para los Países Menos Desarrollados, que habilite construcción de capacidades y decisiones sobre tecnología. El Mecanismo de Facilitación para la Tecnología será introducido durante la Cumbre de la ONU sobre la Agenda Post 2015 en Nueva York, en septiembre. Lo alcanzado en Addis será puesto en operación tan pronto como sea adoptado por la Asamblea General y el Foro de los Grupos de Interés convoque el próximo año.
La oposición a la propuesta del G-77 vino de los países de la OCDE, por su recelo ante la suposición de que habría mayor presión para que financiaran la transferencia de tecnología mediante un nuevo organismo de Naciones Unidas. Estados Unidos, Reino Unido y Japón se oponen a cualquier iniciativa que se refiera a los derechos de propiedad intelectual en la ONU. Esos países y sus compañías también se oponen a un foro de Naciones Unidas que analice las implicaciones socioeconómicas y ambientales de las tecnologías emergentes.
Para contra-argumentar la resistencia de las corporaciones, el Grupo ETC y otros aliados de la sociedad civil dentro de los grupos principales de Mujeres, Pueblos Indígenas y Organizaciones No Gubernamentales, señalaron que la inversión en investigación científica global excede actualmente $1.6 billones de dólares por año y muchos economistas concuerdan en que al menos 80% del crecimiento económico desde la década de los ochenta se ha debido a las nuevas tecnologías. Al mismo tiempo, más de la mitad de todas las compañías analizadas consideran que su propia capacidad para manejar las tecnologías no es adecuada y diversos estudios demuestran que al menos la mitad de todos los empleos en el planeta están en cuestión debido a los avances tecnológicos tales como la biología sintética, la robótica y la inteligencia artificial. Las delegaciones europeas encontraron difícil oponerse al nuevo foro sobre tecnologías puesto que 17 Estados europeos, así como la Unión Europea, cuentan con oficinas en sus parlamentos para una evaluación independiente de las tecnologías. En contraste, muchos países en el Sur global, especialmente los Países Menos Desarrollados, no cuentan con ninguna capacidad para una evaluación de las tecnologías.[…]
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Foto-Cabecera: Eric Constantineau CC-By-Nc