La Unión Europea incumple sistemáticamente su propia ley de sustancias químicas al retrasar la eliminación de tóxicos de los productos de uso cotidianos, según la reciente investigación de la Defensora del Pueblo Europeo.
[Ecologistas en Acción]La Comisión Europea tarda una media de 14,5 meses en decidir si permite o no a las empresas utilizar sustancias químicas peligrosas en sus productos, es decir, cinco veces más que el plazo que permite la ley. La inacción de la Comisión, repetida durante décadas, supone para la Defensora del Pueblo, Emily O’Reilly, un caso de mala administración.
Y la UE incumple sistemáticamente su propia ley de tóxicos a pesar de…
¿Por qué la Comisión no actúa?
La causa más probable es la presión del lobby de la industria en Bruselas. Las peticiones que propuso el lobby químico son omnipresentes en los nuevos planes de la Comisión Europea de la presidenta Úrsula von der Leyen. Tanto es así que la reforma del reglamento REACH, la principal regulación de sustancias químicas de la UE, se ha trasladado a la industria química para su «simplificación» para reducir la «carga» de la industria.
Décadas de exposición
La realidad muestra que la UE tarda una década para comprender los peligros de sustancias desconocidas que ha permitido y otra década más para prohibir o restringir las que considera peligrosas.
Estos 20 años «extra» de exposición, en los que se permite a las empresas seguir envenenando sus productos, suponen miles de toneladas al año de tóxicos que pueden generar cáncer, afectan a la fertilidad o causan otros daños graves en la salud, según los propios asesores científicos de la UE (Agencia de Sustancias Químicas, ECHA).
Suponen una amenaza incontrolada para la salud humana y el medio ambiente
Los asesores científicos de la Unión Europea han pedido que se mejoren los controles de sustancias químicas en los productos, pero la Comisión ha puesto excusas tan absurdas como la falta de salas de reuniones. «¿Falta de salas de reuniones para tomar decisiones de vida o muerte? Dígaselo a una familia afectada por el cáncer o la infertilidad debido a la exposición a sustancias químicas» afirma Tatiana Santos, responsable de política química de la Oficina Europea de Medio Ambiente.
La nueva Comisión debería poner fin a su cultura de incumplimiento de la norma europea de tóxicos en productos, fijando controles más rápidos y aplicando el principio de precaución (que la Comisión ya ha confirmado que no aplica). También debe dar más competencias para los reguladores y las víctimas para que se cumpla el principio «quien contamina paga«.
Por desgracia, la cultura de inacción dentro de la Comisión puede empeorar. La fiebre pro-empresarial que tiene como mantra la desregulación y la competitividad ha invadido Bruselas en los últimos meses.