El actual sistema agroalimentario globalizado no nos nutre. Nos rodea de hambrunas, siembra desigualdades, acumula malestares, hace inviables las pequeñas producciones agroganaderas, condena territorios al sacrificio, echa más fuego a la emergencia climática, erosiona fertilidad y demanda crecientes cantidades de agua. Nos afecta mucho y decidimos poco.
Una veintena de multinacionales (el Big Food) dicta qué productos llegan a nuestras mesas y con qué tóxicos y consecuencias ambientales se producen. ¿Qué hacer? Desde hace miles de años, pueblos indígenas y campesinado vienen desarrollando sistemas alimentarios sustentables, marcados por la cooperación, el cuidado del territorio, el intento de cerrar ciclos materiales y energéticos con lo que se encuentra accesible. Hoy en día esa respuesta se reconoce como Agroecología.
En estos tiempos plagados de incendios y faltos de soberanía alimentaria es importante rastrear de nuevo las tres “C” que constituyen la base de las prácticas agroecológicas: el cierre de ciclos ambientales, el cuidado de personas y planeta, el fomento de la cooperación social en una biorregión.
Ante el creciente descontento social y rural, este libro es una caja de herramientas destinada a ampliar miradas y reconocer prácticas que sí están transformando nuestros sistemas alimentarios rotos.