Millones de racimos rioja tirados por los suelos… [Miguel Larreina]

Una imagen humillante del Rioja: serio error de estrategia, con daños al Paisaje y al Paisanaje.

Hemos asistido este octubre de 2016 en la DO Rioja a un hecho insólito, a un espectáculo dantesco: decenas de millones de racimos excelentes, sanos, turgentes, morados, aromáticos, dulces… por los suelos. Cuando vi la viña cuya imagen acompaña a este texto pensé: “¡que no vean este paisaje en París los de UNESCO, que no lo vean en USA o UK los Parker y los Atkin, que no lo vean los enófilos más fieles que pagan 10-100 euros/botella por nuestra calidad, que no lo vean los restauradores vascos más prestigiosos… que no lo vea nadie, por Dios!”

Miguel Larreina González, autor del artículo, es Master en Viticultura y Enología.

A algún lector o lectora tal vez le cueste creerlo, pero he visto este octubre a viejos viticultores llorando impotentes mientras tiraban las uvas “por mandato imperativo del Consejo”. ¡Ni tan siquiera les permitían dejarlas en las cepas! Y no estamos hablando de tirar uvas apedreadas, podridas o sin madurar, estamos hablando que el Consejo ha obligado a tirar en octubre uvas excelentes de 13-14º. ¡Esperemos no echarlas en falta el año que viene!

Saqué estas fotos acompañado de un viticultor que “lloraba” el drama. Me decía que tenía un amigo en Gasteiz, catedrático de Ética, y que le iba a llamar porque este drama debía abordarse desde la ética. Yo asentía, dudando escéptico del papel de la ética en un mundo materialista, y he aquí que a los pocos días un catedrático de Economía, desde el periódico “La Rioja”, proponía algo similar .

CÓMO NO IBA A LLORAR ese viticultor que apela a la Ética…

Tener que tirar con tus propias manos una uva excelente porque el Consejo amenaza con descalificarte toda la cosecha es algo insólito y muy duro. Nunca las comarcas exclusivamente vitícolas se han visto en otra igual. En otros sectores agrarios, por ejemplo en vegas hiperproductivas de Rioja Baja, sí hay una tradición de eliminación de frutas/ hortalizas para mantener precios y rentabilidades, pero aquí, en Rioja Alavesa-Sonsierra, el racimo es sagrado desde hace mil años.
En los periodos de guerra medieval, cuando las tropas castellanas asediaban estos castillos de Laguardia, San Vicente, Viana o Labraza, lo primero que hacían los sitiadores era tirar las uvas y si era invierno cortar las cepas intentando darles “donde más les duele”. Las Ordenanzas municipales de los siglos siguientes también evidenciaban el valor del racimo cuando castigaban con duras multas a quien directa o indirectamente (con su ganado) , propiciara la destrucción o robo de los racimos.

Así que nunca en la Historia se habían visto nuestros viticultores en la tesitura de “automutilar” su explotación en octubre, si acaso, en veranos difíciles, habían quitado en julio o principios de agosto unos pocos racimitos verdes, para que el resto medrara y madurara bien. ¿Pero tirar en octubre decenas de millones de racimos maduros sin aviso previo? Nunca.

COMO EN UNA PIRA. Racimos quemados, tirados, despreciados, humillados…

Y ojo que no tiraron los racimitos, además de porque es una operación muy costosa, porque desde fuentes oficiales no se les avisó a la mayoría del peligro de excedentes, incluso se decía públicamente que se iba a coger solo “el papel”; no tiraron tempranamente los racimitos porque tenían fresco en la memoria los pedriscos masivos, las sequías, las botritis o los episodios de vientos sur de septiembres anteriores que se habían llevado en un abrir y cerrar de ojos parte de la cosecha. El pequeño viticultor no tiene medios ni conocimientos en “la Blanca” para evaluar con precisión la producción que le van a traer cada una de sus 8-12 parcelitas dos meses más tarde, no puede saber si esos cientos de kilos/Ha que está viendo en agosto se van a transformar en octubre en 7.000 o en 9.000 kg/Ha.

Con esos antecedentes y esas sensibilidades a flor de piel, es comprensible si les digo que a muchos les ha dolido en el alma ver en el periódico a Franco, director técnico del Consejo Regulador, diciendo sonriente: “No se puede tener a la suegra borracha y la cuba llena”, un viejo y machista refrán castellano que alude a la supuesta avaricia del viticultor. También me duelen a mí esas palabras, así como los silencios y la inacción de otros, que trasladan la responsabilidad de este desaguisado al más débil, al pequeño viticultor profesional que no obró de mala fe y al que nadie avisó.

Sinceramente lo digo, si yo hubiera tenido la mínima responsabilidad en este “racimocidio”, en este desastre ético, dimitiría ipso facto, aunque fuera para poder dormir tranquilo. Porque el desastre tiene una dimensión humana colosal: miles de viticultores tirando millones de kilos de uva al suelo precipitadamente, cientos de expedientes sancionadores iniciados afectando principalmente a viticultores de Rioja Alavesa y Rioja Alta, muchas noches en vela sufrirán todavía vecinos nuestros.

Para buscar soluciones, anular sanciones y evitar que se repita el desastre en años venideros conviene analizar las causas que lo motivaron, desmintiendo tópicos como que “es culpa del sistema” en una especie de Fuenteovejuna masoquista, “era imprevisible”, “la culpa es de las minilluvias de mediados de septiembre”…

I.- ESTE COSECHÓN ERA MUY PREVISIBLE. Muchos veníamos anunciando estos cosechones con suficiente antelación. Por ejemplo, en este mismo blog, en julio de este año, decía: “los cambios ”filosóficos” admitidos por el Consejo, a pesar de que incumplían los requisitos de la DO Calificada, han convertido en mastodóntica a la Denominación, han propiciado una “nueva Viticultura”, más de regadío que de secano, más de huerta que de ladera, más de 10.000 que de 6.000 kg/Ha. Esta “Nueva Viticultura de 10.000 kilos” ha llevado a la D.O. Rioja a una situación de excedentes estructurales de decenas de millones de litros todos los años, excedentes imposibles de evitar y que son el cáncer innombrable de la Denominación.

El propio Consejo debía saber de estos cosechones futuros cuando un año antes, en octubre de 2015, incrementó temporalmente los rendimientos para acercarlo a la realidad riojana y a los rendimientos de otras Denominaciones españolas que suelen oscilar en las tintas entre 8.000-13.000 kilos/Ha, valores muy superiores a los 6.500 kilos de Rioja. Sin tener en cuenta las condiciones climatológicas de los años siguientes, el Consejo elevó los rendimientos máximos a 6.955 kg/Ha en tintas y 9.630 kg/Ha blancas más un extra no amparable que se podrá entregar en bodega ( 715 kg/Ha en tintas y 990 kg/Ha en blancas).

Desde el inicio del 2016 la climatología nos dio pistas muy claras de lo que iba a pasar en octubre. Unas abundantísimas lluvias entre mediados de febrero y finales de marzo (llovió el triple de lo normal en Laguardia) dejaron las reservas hídricas del suelo a un muy alto nivel en el periodo vitícola clave de la brotación. Una carencia de heladas en abril-mayo y la ausencia de lluvias (¡y de pedriscos masivos!) en junio-julio motivó una ligazón perfecta, con racimos grandes y bien cuajados. En fin, un julio especialmente cálido y seco redujo al mínimo la incidencia de las enfermedades criptogámicas tradicionales (mildiu, oidio, botritis); las previsiones meteorológicas también hablaban de un agosto muy cálido y seco. El Consejo ya tenía todos estos datos en la mano, cuando propone al Pleno no modificar la propuesta de un año antes ¿Cómo es que los responsables ni tan siquiera intuyeron una vendimia de 500 millones de kilos u 8.000 kg/Ha, muy por encima de los rendimientos autorizados?

II.- SOBRE LOS RESPONSABLES Y LOS FALLOS. Lo expresaba claramente en este mismo blog hace un mes: “habrá otros menores pero el responsable máximo de este desbarajuste estructural que se ha plasmado este año en las imágenes de las uvas por el suelo es el que lleva 40 años con la responsabilidad de REGULAR el sector y cuidar la imagen del Rioja que es el Consejo Regulador¡. El problema de los excedentes no lo puede resolver el Consejo negando la mayor o con una pequeña descalificación “oficial” o ignorando la existencia (a escasa distancia de sus despachos oficiales) de bodegas de vino de mesa creadas “ad hoc” para maquillar ese problema. Es necesario que el Consejo reconozca su error y admita que tiene una DO de 500 millones de kilos y no de 400, con todo lo que ello implica, por ejemplo, de olvidarse de subir los rendimientos de transformación uva/vino.

Se ha fallado en la PREVISIÓN, en la INFORMACIÓN, en la EVALUACIÓN de la catástrofe, en la PUBLICITACION del problema, en la aplicación del CASTIGO y en la búsqueda de SOLUCIONES de urgencia dentro de la ley . Por ejemplo, se ha fallado en la información porque los mandatarios del Consejo dicen haber mandado el 1 de marzo 4.000 cartas avisando a ese colectivo de riesgo de hiperproducción lo que indica que hay otros 14.000 titulares de cartilla que no recibieron aviso previo. Por ejemplo, se ha fallado en la publicitación del problema y la misma frase de “la suegra borracha y la cuba llena” es una buena prueba.

III.-HABIA SOLUCIONES DE URGENCIA.- El Reglamento y el Pliego de Condiciones de la DO Rioja tienen tres soluciones excepcionales que no se han empleado y que hubieran evitado muchos disgustos:

1º- “El Consejo Regulador podrá incrementar el Rendimiento Máximo Amparable hasta 8.125 kg/Ha (tintas) y 11.250 kg/Ha (blanca)”.

2º.-Stock cualitativo.

3º.-Desviación por causas climatológicas. “Además del rendimiento máximo amparable el Consejo podrá fijar un margen de desviación atribuible a circunstancias climatológicas de cada campaña.”


Artículo original, imágenes e interesante hilo de comentarios en el blogriojaalavesa.eus: VER AQUÍ