«Hola, mi nombre es Birke Baehr y tengo 11 años, hoy vengo a hablar de lo que está mal en nuestro sistema de alimentos».
«Primeramente, me gustaría decir que estoy muy sorprendido de lo fácil que es convencer a los niños, a través de campañas de publicidad, anuncios en las escuelas públicas y en todos los lugares, me parece que las corporaciones siempre están tratando de inducir a niños como yo, para que convenzan a sus papas de comprarles cosas que no son buenas para nosotros o el planeta; especialmente los niños más pequeños son atraídos por envolturas coloridas y juguetes de plástico».
«Tengo que admitirlo, yo solía ser uno de ellos, yo también pensaba que toda la comida que consumimos viene de esas granjas de los cuentos, donde los puercos se enlodan y las vacas pastan todo el día; lo que descubrí es que esto no es verdad».
«Empecé a investigar sobre el tema en el internet, en libros, en documentales, en viajes con mi familia y descubrí el lado oscuro del industrializado sistema de alimentos. Primero, hay semillas y organismos genéticamente modificados, esto es cuando una semilla es manipulada en un laboratorio para un propósito no intencionado por la naturaleza, como tomar el ADN de un pescado y ponerlo en el ADN de un jitomate. No me malinterpreten, me gustan el pescado y los tomates, pero esto es muy desagradable....».
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CAFOs: https://toxtown.nlm.nih.gov/espanol/locations.php?id=87