La investigadora defiende que la silvicultura se base en especies que aportan madera de alta calidad y aboga por diversificar las plantaciones.
[berria]Un grupo de investigadores del centro BC3 Cambio Climático Ikergai ha analizado qué piensan los agentes forestales sobre el futuro del sector y ha propuesto una hoja de ruta para desarrollar un modelo sostenible. De este grupo forma parte Noelia Zafra-Calvo (Bilbao, 1977), que ha llamado a la colaboración entre guardas forestales y científicos.
¿Qué condiciones debe reunir la silvicultura para una gestión sostenible?
Los tres pilares de la sostenibilidad: medio ambiente, sociedad y economía. Hoy en día yo diría que la opinión mayoritaria es que hay que primar el criterio económico, pero no hay que olvidar ni el pilar medioambiental ni el social.
¿Qué importancia ambiental tiene la biodiversidad de un bosque?
Por un lado, se necesitan bosques naturales. Existe un acuerdo internacional para proteger al menos el 30% del territorio para el año 2030 [Kunming-Marco Mundial de la Biodiversidad Montreal]. Pueden incluirse bosques sin intervención o con una intervención mínima. Por otro lado, creo que también se necesitan bosques orientados a la producción, pero que sean sostenibles, que no sólo tengan en cuenta criterios económicos, que dañen lo menos posible la biodiversidad, el suelo, el agua... Y, en el ámbito social, deben velar por las condiciones laborales, la transmisión intergeneracional, el desalojo rural, etc.
¿Qué pasos hay que dar para una silvicultura sostenible?
Hay que potenciar una silvicultura basada en especies con madera de alta calidad. Hoy en día uno de los mayores problemas de las especies de plantaciones es que padecen dolencias que no dan un buen rendimiento, se venden para hacer papel y no se paga mucho. Por lo tanto, una opción es plantar más de una especie, muchas de ellas locales, pero con diferentes épocas de corte. Por ejemplo, robles —habrá que cortarlos de aquí a 80 años—; fresnos —quizá tarden un poco menos—; cerezos; hayas... De esta forma, se puede percibir un rendimiento económico con una frecuencia de varios años.
Además, si en lugar de hacerlo solo se hace en grupo, por ejemplo dentro de una asociación o cooperativa, se puede utilizar más tierra, y gestionar ese terreno será más barato. De hecho, otro de los principales problemas actuales es que los terrenos son pequeños. Si vas a talar el pino en una parcela de media hectárea, que está lejos, y además vendes madera para hacer papel, no será rentable.
¿Qué cambios pueden impulsar las empresas?
Las empresas pueden promover productos acreditados y de alto valor económico. Por ejemplo, muebles de calidad. Pueden hacer un esfuerzo para que la gente compre estos productos porque son productos autóctonos, como ocurre en el sector alimentario con el certificado Eusko Label.
¿La crisis climática es un riesgo o una oportunidad para impulsar un modelo sostenible?
Creo que es una oportunidad. Ahora se está proponiendo otra medida: desarrollar los mercados de carbono. Esta vía sólo será una opción si se realiza correctamente. Es decir, si se permite especular con las plantaciones a través del mercado de carbono, no servirá de nada. Es muy importante cómo se fija la referencia. Si la referencia de partida es un terreno vacío, independientemente del árbol plantado, absorberás carbono. Y si es un árbol de crecimiento rápido como el eucalipto, aún más. Si la referencia no se fija bien, lo más rentable será cortar toda la plantación y poner eucaliptos.
¿A la hora de decidir qué plantar, los propietarios de tierras tienen en cuenta el conocimiento científico?
No siempre, porque para eso hay muchos obstáculos. Los valores son determinantes para considerar válido o no un conocimiento. Muchas veces una determinada información se obvia porque piensas que esa información proviene de alguien que no se ajusta a tus valores. En el estudio hemos llegado a la conclusión de que el conocimiento científico no llega a los propietarios de tierras. Este conocimiento es generado principalmente por expertos en biología y no por ingenieros forestales. Sería interesante que los ingenieros forestales colaboraran con biólogos y científicos sociales para estudiar, entre otras cosas, qué especies se pueden plantar y qué tipo de gestión se puede hacer para desarrollar un modelo sostenible. De momento, los veo muy lejos y tienen visiones opuestas, además.
Si el conocimiento no es científico, ¿cuál es el conocimiento que pesa más en las decisiones de los propietarios de tierras?
Les llega conocimiento del mercado e información sobre el rendimiento de las especies. Las empresas les dicen: "ahora se paga tanto, ahora se abre este otro mercado". Pero no sé si ése es todo el conocimiento que necesitan para tomar decisiones más sostenibles.