Peru Aranburu: «Las campañas de Rigora influyen positivamente en la producción de Navarra»

Rigora ha iniciado otra campaña que este año se ha centrado en el consumo responsable. La solicitud se puede realizar hasta el 26 de marzo y en abril comenzarán a repartir las cestas.

Peru Aranburu - Errigora

[berria]

Errigora ha lanzado la campaña con el lema "Beste modura, denona da onura". Este año se han centrado en el consumo responsable, ya que Peru Aranburu (Lekeitio, Bizkaia, 1978), miembro de Errigora, considera que "la especulación" está provocando muchos cambios en el mundo alimentario en los últimos tiempos. La petición se puede realizar hasta el 26 de marzo y Aranburu destaca que el hecho de que haya muchas peticiones es lo que da verdadera fuerza y fundamento a la iniciativa.

En la campaña de este año os habéis centrado en el consumo responsable. ¿Por qué?

Llevamos más de diez años haciendo campañas y la idea de consumo responsable la hemos sacado en varias ocasiones. Pero en los últimos meses, y casi en los últimos dos años, son muy evidente los cambios y vaivenes que se están produciendo en el mundo de los alimentos, que son insoportables por la especulación o las tendencias globales. Incluso antes de que esto ocurriera, nosotros teníamos claro que esta campaña y otras iniciativas similares abren el camino para consumir de otra manera. Con nuestra campaña queríamos expresar eso: que si se consume de otra manera, los beneficios son para todos.

En cuanto a la alimentación, ¿en qué consiste el consumo responsable?

Nosotros no somos expertos en la materia; tenemos nuestra opinión o nuestro lugar, pero de forma muy generalizada. Pero tenemos clara una cosa: viniendo a nuestro mundo y a las medidas, consumir de otra manera es consumir de forma responsable. Por un lado es consumir en grupo, consumir de una manera comunitaria; y por otro lado, aun reconociendo que existe una compraventa en esa forma de consumir, hay un trabajo voluntario, un trabajo colectivo. Luego, además, aporta un beneficio social, tanto en lo que se refiere al euskera, en este proyecto, como en lo que se refiere al impulso que se puede dar a la producción o al sector primario.

Ya han señalado que este consumo responsable sólo reporta beneficios. ¿Cuáles son esos beneficios?

En cuanto a los consumidores, permite consumir fuera de las principales lógicas de mercado y sus consecuencias. Y, por parte de los productores, permite comercializar su producción de una manera digna y justa. Además, supone un impulso para asegurar y asistir a la producción, y también es una forma de potenciar el euskera. Desde una perspectiva de país, es un camino más para dibujar y estructurar Euskal Herria.

¿Qué cambios ha provocado Errigora en la agricultura navarra?

Hace un año realizamos un estudio sobre el impacto de nuestras campañas en algunos agricultores. Se obtuvieron resultados bastante significativos; esta campaña tiene un impacto significativo, sobre todo para los productores de ecológico. También es útil para crear nuevos proyectos. Conscientes de su pequeñez, las campañas tienen un impacto cuantitativo y cualitativo positivo en la producción navarra.

La soberanía alimentaria es un campo muy importante en Rigora, ¿no?

Eso es. Tenemos tres ejes. Uno de nuestros objetivos es dar un impulso a la comercialización de los productos navarros en el País Vasco en términos de soberanía alimentaria, teniendo en cuenta todas sus consecuencias. Situamos a la altura de ese objetivo el dar un impulso al euskera en este ámbito, y que todo ello se haga en auzolan. Sobre estos tres objetivos creamos Errigora y nos aferramos a ella.

En cuanto al euskera, por ejemplo, siempre insistís en que las etiquetas están en euskera.

Si. Desde el principio teníamos claro que teníamos que pedir eso a los productores que iban a participar en las campañas: por un lado, que el producto fuera local, y por otro, que el euskera tuviera sitio en las etiquetas. Son casi 63 productores los que se sumaron a este compromiso, y los que lo cumplen en las campañas. Además, desde hace tres o cuatro años creamos la certificación Errigora balioak. Esto asegura que los productores asumen una mayor responsabilidad respecto al euskera, y que cada uno ha puesto en marcha un plan de euskera en su productora. Además de las etiquetas, la web, su paisaje y carteles, y la atención en euskera.

¿Cómo se puede acceder a los productos de Rigora?

En esta campaña hemos elaborado un amplio mapa que incluye varios espacios a los que llamamos puntos de demanda. En cada localidad hay dos o tres lugares para recibir peticiones. Las ikastolas, las escuelas y los euskaltegis de AEK participan siempre, pero además hay otras asociaciones, instituciones y talleres. Cada uno elige dónde quiere recibir sus productos y luego elige los productos. La web suele ser la vía más sencilla para realizar la demanda, pero también existe la posibilidad de hacerla de forma presencial en los rincones vinculados al movimiento popular, el euskera o la soberanía alimentaria.

También habéis presentado novedades.

Si. Es cierto que en los últimos años el catálogo está bastante estabilizado. Sin embargo, cada año hay alguna innovación, ya sea porque los propios productores introducen nuevos productos o porque nosotros queremos darles un impulso. Este año, por primera vez, hemos incorporado el vino blanco y el rojo. Hemos introducido más variedades en los arroces, las alubias también son nuevas, y hemos puesto almendras tostadas.