En Maule, el primer comercio colectivo de productores abrirá sus puertas el 14 de diciembre. Valorará los circuitos cortos y el cultivo sostenible.
[Kazeta.eus]En Maule, la calle Pasteur será la cuna de un proyecto innovador en el que Xüxenka abrirá sus puertas, el primer establecimiento comercial de productores locales. El sábado 14 de diciembre se inauguró el símbolo de la renovación de la economía local, basada en circuitos cortos, cultivo sostenible y respeto al medio ambiente. Su nombre proviene de Xiberotarra (zuberotarra), para hacer aflorar la relación "directa" entre productores y consumidores.
Proyecto colectivo llevado por los agricultores
Xüxenka es el resultado de "dos años de reflexión y trabajo", arrastrado por once granjas del pueblo. "Llevamos dos años luchando", afirma Maialen Camblong, productora de frutas de Urdiñarbe. En un principio, Bettan Bordagaray, del restaurante Eskualduna, propuso convertir este local en un establecimiento de productos locales en un desastre.
Para llevar a cabo esta idea, los agricultores han formado una asociación de interés económico. Esta estructura jurídica permite la gestión conjunta del comercio y la autonomía de la explotación. Tras "múltiples reuniones y grandes reformas", el local de 100 m² está a punto de convertirse en un escaparate del conocimiento de la agricultura de Zuberoa.
En los puestos se podrán detectar una gran variedad de productos, frutas, verduras, quesos, carnes o mieles, plantadas o producidas en granjas cercanas. "Además de los miembros fundadores, vendrán otras granjas locales para enriquecer la oferta, favorecer el reasentamiento alimentario y una economía más justa", señala el colectivo.
Economía sostenible, solidaria y cercana
"La certificación se realiza a través del cultivo ecológico, la granja Idoki o las denominaciones locales. Aquí, ningún intermediario", dice Maialen Camblong. Los propios productores garantizan la venta en el punto de venta. "Esta relación directa entre productores y consumidores garantiza la transparencia y establece prácticas de cultivo respetuosas con el medio ambiente", añade.
Cada compra en Xüxenka ayuda a alimentar este circuito, es decir, reducir los kilómetros que recorren los productos, limitar a los intermediarios y favorecer el empleo local. Este modelo ya ha permitido la creación de un puesto de trabajo a media jornada. "Hemos podido contratar a media jornada a una persona", se congratula Camblong, satisfecho de que este proyecto haya despertado el interés de otros productores como "los jóvenes horticultores que viven en Sarrikota".
Xüxenka quiere convertirse en un lugar de intercambio. "Es la única tienda productora de Maule", recuerda Maialen, "estará abierta cinco días a la semana y tenemos intención de organizar animaciones, talleres y catas". Con este espacio de interacción personal, el proyecto también reforzará los lazos entre los productores. Una promoción que, en palabras de Maialen Camblong, "hace más fácil el oficio de las personas agricultoras".